sábado, 23 de noviembre de 2019

En lo profundo del bosque



El problema de películas como EDEN LAKE es siempre el mismo, el mismo que suele padecer el cine de terror casi por defecto. Si tiras mucho de la manta no tapas los pies, y al revés ¿Es necesario invocar la verosimilitud, toda vez ésta ha desaparecido de la pantalla en el preámbulo? Y es curioso, porque lo mejor de este irregular film es ese arranque, cómo pone en escena la tensión creciente, como si la atmósfera se fuese enrareciendo de forma natural y consecuente. Entonces llega una escena clave, de gran crudeza, y luego está claro que es imposible mantener ese pico en alto. James Watkins, que luego despuntó dirigiendo algún capítulo de BLACK MIRROR, debutó (hay que resaltarlo) con esta orgía de sangre y fango, que en algún momento quiere indagar en las brechas sociales que hacen que la gente se comporte como animales, aunque es precisamente lo que pone al descubierto la debilidad de un guion que se intuye construido un poco a trompicones. A mitad de camino de Haneke, Craven y, sí, Chicho Ibáñez Serrador, EDEN LAKE se queda efectivamente así, a mitad de camino. Ofrece dos potentes interpretaciones de Michael Fassbender y Kelly Reilly, muy por encima de lo que interpretan, y el hecho de que el mal esté a cara descubierta desde el mismo inicio le da empaque a un film,sin embargo, con evidentes lagunas de ritmo y ejecución.
Entretenida para pasarlo mal (o bien) en una tarde de sábado.
Saludos.

1 comentario:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Me parece una buena película de terror, para disfrutar con el sufrimiento de la protagonista. O sufrir con ella.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!