lunes, 25 de noviembre de 2019

Jurando en arameo



La susodicha PIERCING I, de 2010, ya adelantaba al cineasta que llevaba dentro Liu Jian. De formas rabiosas, personajes de una pieza y discurso catártico, esta sorprendente ópera prima hablaba de esos perdedores que de repente cobran conciencia de su miseria y se revuelven contra el sistema. "Muy punk", que diría otro, pero no es menos cierto que lo más interesante del cine de Liu Jian se encuentra en la modulación, servirse de las formas del thriller para indagar en las llagas de un sistema herido. Los dos presuntos protagonistas son dos vagos, aburridos de no hacer nada, enfrascados en largos parlamentos que no hacen más que reafirmar su inmovilismo. Así, un suceso inocuo da paso a un inopinado acto de venganza, y esto al descubrimiento de toda una red mafiosa, instalada en el corazón de los mismos servicios públicos. Liu Jian se atreve a destapar las cloacas de una ciudad cualquiera en China, y lo hace con hardcore de fondo, precisamente el movimiento que siempre ha sido tocahuevos por mirar en la dirección que nadie lo hace. Valiente, interesante y aperturista propuesta, cómo no.
Atentos.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!