miércoles, 27 de noviembre de 2019

El reverso de lo ambiguo



Frederique se encuentra a Why en la calle, pintando ciervas de aspecto naif. Se la lleva, la posee, es suya. Frederique es millonaria, heredera, sólo juega a ganar. Why es bohemia, cándida, siempre ha perdido. Se aman o no se aman, no lo sabemos con certeza, pero parecen felices. Why conoce a Paul, que la saca por un instante de la monotonía en la que se halla sumida. Frederique lo descubre, pero no lo desaprueba; en lugar de ello, decide vengarse conquistando a Paul. Why queda desplazada, aunque acepta su nueva situación... o quizás no. Estructurada como un diabólico triángulo de amor, sexo, mentiras y apariencias, LES BICHES trae de vuelta (o quizá lo reinicia) al gran Chabrol, lejos de los devaneos con géneros cada vez más incomprensibles, esta película adelanta muchos de sus mejores títulos. Sin llegar a la excelencia, es un acertado estudio sobre esas "relaciones peligrosas", en las que una parte decide tomar todo el control, sin medir las consecuencias. Aunque su abrupto y desconcertante desenlace apunta más hacia esa ambigüedad más allá de los géneros, en este caso el cazador convertido en presa, o el amor como distintivo de destrucción.
A muy destacar, la preciosa música de Pierre Jansen, libremente basada en el "concierto de Aranjuez", y el trío protagonista, con unos estupendos Jacqueline Sassard (en la que sería su última actuación antes de su prematuro retiro) y Jean-Louis Trintignant, y una hechizante Stéphane Audran, cuya gran interpretación mereció el Oso de Oro.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!