sábado, 9 de junio de 2012
Toma de temperatura
Ha muerto Ray Bradbury, así que en El Indéfilo no podíamos ser menos y teníamos la obligación de recordarle ¿Cómo? Pues comentando una de las adaptaciones cinematográficas más famosas de su extensa obra literaria. No estoy seguro de que FAHRENHEIT 451, el inesperado experimento que Françoise Truffaut ensayó en tierras británicas, sea la de mayor calidad, de hecho, poco rendimiento se le ha sacado a un autor de tanta calidad, pero quizá sí sea el intento más deliberado de encontrar una correspondencia entre palabra e imagen, sin reparar en en ortodoxias o concubinatos demodés. El título, como ustedes saben, hace referencia a la temperatura a la que arde el papel, lo que le sirvió a Bradbury para imaginar un futuro bastante pesimista, en el que los libros son considerados objetos peligrosos (de hecho, para todo sistema totalitario lo son), y por tanto se ha creado un cuerpo de bomberos (nótese la ironía) encargado de quemarlos hasta la total extinción de los mismos. El incendio, por tanto, es la cultura, y el Estado el que se ocupa de sofocarlo... En sí, FAHRENHEIT 451 tiene un recargamiento formal que ralentiza el ritmo y cuyos ensimismamientos aportan poco a lo que importa de verdad, que no es otra cosa que la denuncia del analfabetismo de estado. A esto hay que sumarle (o restarle) el hieratismo de Oskar Werner y la banda sonora de Bernard Herrmann, que no es uno de sus trabajos más afortunados. Yo les recomiendo, por supuesto, el libro, pero si son empecinados y curiosos (como servidor, no crean), entonces pueden solazarse, por ejemplo, con la angelical presencia de la señora más bella de la historia del celuloide, Doña Julie Christie en plenitud de facultades físicas e intelectuales, reivindicación de la que nunca nos cansamos en este humilde y servicial blog, ya saben... Y es que el que no se consuela es porque no quiere... o puede...
Saludos flamígeros.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
4 comentarios:
La más bella es Ingrid Bergman (no, espera, Marilyn, no Maureen, no, Jacqueline, no...) Bueno, da igual.
La volví a ver hace unos años. Lo de los cables sosteniendo a los tipos que volaban ha envejecido muy mal (otras cosas también).
Yo esta la vi por primera vez en Pista Libre, un sábado o domingo por la mañana... y me pareció rarísima. ¿Te acuerdas de ese programa? Luego había un debate y toda la chavalería del programa (que había puesto a caldo una peli horrorosa de Elvis; pero eh! era un western).. se pusieron a decir maravillas de esta y yo no entendía nada. Pero recuerdo que lo de ver a un tío abrazándose a sí mismo en el parque me llamó mucho la atención (fíjate con qué cosas nos quedamos; sí, quemaban a la vieja, la gente memorizaba libros...pero el tío ese abrazándose, eso se me quedó más (ja,ja) )
Un saludito.
La peli ha envejecido regular, y es cierto eso que comentas del ritmo ralentizado. Aun así, no deja de ser un trabajo sumamente interesante, pero vamos, que lo que pega ahora es (re)leer la novela ;-)
¿Que si me suena?... ¿Te suena a ti una tal Sandra Sutherland?... Aquélla tampoco estaba mal ¿eh?...
Sí, el libro, en este caso, le da cien vueltas a la peli...
Salen Oskar Weiner y Julie Christie. Y se escuchan algunas de las mejores notas de Herrmann, como muy bien dices. Hay que verla.
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