martes, 19 de junio de 2012

Tener o no tener #2



Ustedes simplemente lean el título de la reseña. O se tiene o no se tiene, y lo que tenía WALL STREET no lo tiene WALL STREET 2: MONEY NEVER SLEEPS. La primera era un certero retablo de maldades, iniquidades, almas vendidas y destrozadas y personas irredentas al borde del autoexterminio; esta ¿secuela? es otra cosa, otra película y hasta otro argumento distinto. Lo que Stone nos propone es complicado de digerir, porque tenemos a Gordon Gekko recién salido de la cárcel, firmando libros y dando conferencias, es decir: según Oliver Stone (o así lo supongo yo), a la mayor estafa de la Historia se le pueden poner cara, nombre y apellidos, encarcelarlo veinte años y a otra cosa. Demasiado fácil, porque Gekko era una hermanita de la caridad comparado con los gobiernos conniventes y los populismos encubiertos; él era muy malo, sí, pero al fin y al cabo no era más que un tipo que quería hacerse multimillonario sin un solo escrúpulo, mientras que el infierno estaba muy lejos de su despacho, precisamente en los despachos donde Stone jamás meterá una cámara. Jamás. Por lo tanto, teniendo en cuenta que la ingenuidad peyorativa le lleva a imaginarse una especie de broker antisistema ¿?, con la cara imberbe de Shia LaBeouf, que es mejor actor que Charlie Sheen pero es imposible que nos lo creamos, yo al menos no podía creérmelo. La cosa mejora ligeramente cada vez que interviene Josh Brolin, que es una especie de relevo de Gekko, pero como el protagonista es otro pues sale poco y carece de un peso real. En definitiva, que esta innecesaria segunda parte patina estrepitosamente por culpa de un incomprensible afán de concreción, lo que la inscribe más cerca del folletín estilo "Dallas" o "Dinastía" que de un desbrozamiento inteligente acerca de los porqués de que este sistema económico (y social) nos haya convertido en esclavos de nosotros mismos. Miren fijo y sostengan el pulso, puede que mañana sea otra cosa.
Saludos e Íbex.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!