jueves, 14 de junio de 2012
Esos edificios donde nunca vivirás
El problema de MIENTRAS DUERMES (sí, no me miren así, que tiene algún problema) no es la historia que cuenta en sí misma; Balagueró ha demostrado suficiente solvencia para dotar de entidad a argumentos que hemos visto muchas veces, sea por sus atmósferas inquietantes, por darle tiempo a cada personaje o por su falta de prejuicios semánticos, puesto que no se pilla los dedos por tener que meter un chascarrillo si éste le sirve para hacer avanzar la historia. El problema (el síntoma, en el caso del cine español) es la nueva oportunidad perdida de haber indagado algo más en lo que yo creía intuir agradablemente en REC por detrás de los maquillajes y las hemoglobinas. Y es que el escenario es idéntico, y no puede ser casual (no debe), porque no hay contraplano en el caso del edificio: todo ha de transcurrir de puertas para adentro. Así, la excusa del virus y el contagio nos lleva a los terrenos de la insolidaridad, el racismo y un clasismo rancio pero que late tras las piedras de viejos edificios céntricos. En MIENTRAS DUERMES, Balagueró nos invita a quedarnos al lado de César, que es el psicópata, y no de la riada vecinal, tópica, sí, pero que no lo es por casualidad. Y me interesan menos el suspense, la truculencia y la atmósfera, menos que esa ambigüedad moral mediante la que un tipo tan despreciable como César podría llegar a tener incluso sus motivos para llegar a hacer lo que hace. Eso descoloca aún más que las visitas nocturnas y las trampas milimétricamente diseñadas, pero no olvidemos que Balagueró es español y no francés, así que el contenido rostro de Luis Tosar no "da paso a...", sino que "soporta a"; y todos esos maravillosos secundarios, en vez de dar cuenta de un estado de las cosas deplorable, decadente y miserable, quedan como comparsas de las increíbles andanzas de un majara solipsista y de paciencia casi ilimitada. Una lástima, porque los vestíbulos ya los conocemos, ahora nos hubiese gustado visitar algunos rincones más íntimos...
Saludos mientras tanto...
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
4 comentarios:
Visto de esta manera, tienes toda la razón. A mi a pesar de esto me pareció una película muy redonda, y eso que yo a Balagueró no le veo nada para que esté (creo que lo están) tan sobrevalorado. Esta peli y "REC" sí me parecen muy buenas, pero "Los sin nombre", "Darkness", "Frágiles" y "REC II" me parecen pelis completamente normales y hasta malas, llenas de chascarrillos del género y sin mucho destacable. No sé por qué son tan valoradas en líneas generales, la verdad.
Hombre, yo creo que Balagueró ha aprovechado la ausencia de un cine de terror patrio de calidad; tiene heredado el desparpajo amateur de Jesús Franco pero sin renunciar a un acabado de cierta calidad. De un tiempo a esta parte parece más decidido a los desarrollos psicológicos complejos en detrimento de los efectos especiales; es decir, que está madurando y su cine tiene un futuro
bastante prometedor. MIENTRAS DUERMES es de lo mejor que ha hecho, pero aún le pido más como contador de historias; como arquitecto de atmósferas insanas es único.
Saludos!
no la he visto, pero imagino que habrá preferido ceñirse al estándar de los malutos.
En realidad de Balagueró no sé mucho
La escana de la bañera es una de las cosas más espeluznantes que he visto últimamente en el cine comercial. Tremenda.
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