Ya es sorprendente que esta franquicia haya llegado a las tres entregas. No lo es menos que ni siquiera haya necesitado interactuar con el MCU para lograr aceptables números en taquilla. Pero lo más sorprendente es que VENOM: THE LAST DANCE resulta ser una película bastante entretenida. Lo es, claro, dentro de su lógica interna, que consiste precisamente en prescindir de la lógica y lanzarnos por un tobogán que puede exasperarte o indignarte, pero te mantiene atento sin salirse mucho de las coordenadas, y abrazando el despiporre cuando toca, que es casi siempre. Mi consejo es como el de un barman sabio: fíjate en todo el proceso de elaboración del bloody mary, adquiérelo, deséalo, porque sabes que sólo vas a tomarlo porque tienes resaca, y una muy gorda...
Ideal para un domingo.
Saludos.
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