lunes, 28 de abril de 2025

Explotadores eléctricos


 

La sombra pandémica se ha cernido durante unas horas sobre nuestra querida piel de toro, mientras esta sociedad tan "prepará" desesperaba por no poder mirar el móvil. Aun así, increíblemente, en un pequeño paseo he visto cómo la mayoría del personal seguía aferrado a su pantallita de última generación. Si quieres someter a una sociedad, quítale aquello que lo mantiene entretenido. Total, que ha habido un apagón a gran escala, y en esas seis horas de nada ha habido más acopio de velas, pilas, garrafas de agua y papel higiénico ¿?, demostrando una vez más que somos una civilización de gilipollas. Yo he aprovechado para abalanzarme sobre unas revistas de cine que tenía por ahí olvidadas y desempolvar un viejo transistor, que como no podía ser de otra manera funcionaba a la perfección. Ah, y me he acordado de BLACKOUT, una cosa rarísima que se inventaron unos franceses para filmarla en Quebec y hacerla pasar por la Nueva York de aquel fatídico apagón del 77, que en apenas 24 horas desbordó todas las tasas de criminalidad conocidas hasta entonces. Cine de explotación indisimulado, tenía como supuesto protagonista a Jim Mitchum, hijo de Robert, que nunca heredó el carisma paterno, y aquí se dedica a pasear en uniforme sin cambiar el rostro. También estaba Robert Carradine, otro hijísimo que luego ha subsistido en series Z de tiburones y tornados. Tiene mérito que embaucaran a Ray Milland para hacer de viejo conservador cabreado, aunque más aún que metieran con calzador una boda griega y un mago gay francés... Pero puedo aseverar que lo más chanante de este locurón es hacernos creer que en New York hay bloques de pisos brutalistas, que el malo es un activista político o que en este colosal apagón resulta que el bloque de marras sí tiene luz en los pasillos... por lo que sea.
Divertida para ver en un día como hoy, pero más mala que un cóctel de aceite de ricino.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!