¿Está mejor hecha que la de Bakshi? Evidentemente... ¿Es mejor? No... Y la batería de preguntas no desvelaría la conveniencia de hacer algo tan aparatoso como THE LORD OF THE RINGS: THE WAR OF THE ROHIRRIM, para acabar teniendo la certeza de que su aportación al ya nutrido universo Tolkien no es todo lo sustancial que podría pensarse. La impresión constante es ver al estudio Ghibli mangoneado por Dreamworks, por poner un ejemplo. Un despliegue de medios técnicos, que ha requerido de una veintena de estudios de animación japoneses, al servicio de una historia muy sencilla de narrar, pero confusa por culpa de un guion con multitud de problemas. Si los aficionados recuerdan la batalla del abismo de Helm, probablemente uno de los picos de épica de la obra maestra de Peter Jackson, cuesta reflejar en ella la narración de por qué ese lugar emblemático tomó el nombre del rey de Rohan, que resistió contra los Dunlending. O mejor dicho, que se podría haber hecho un estupendo film de animación desgajado de la mitología a la que alude, mientras que así nos queda el título menor de la saga (serie incluida), además de la certeza de que aquí ha habido un montón de pasta no del todo bien gestionada.
Lo mejor, la escena del monstruo del lago. Lo peor, que no parece Tolkien.
Saludos.
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