jueves, 2 de enero de 2025

La aventura al borde


 

Puede que sea WAR OF THE WORLDS la película de Steven Spielberg que más divisiones crea, entendiendo por ello a entusiastas defensores de la adaptación que realmente merecía el clásico de H.G. Wells, enfrentando a quienes ven apenas un espectáculo pirotécnico (sólido e indubitable) que encubre un guion casi de telenovela barata. A mí no me dijo mucho en su estreno, lo reconozco, y veinte años después le he encontrado el sabor distintivo de su autor, que quizá no hiciese la mejor película del mundo, pero sí una película que difícilmente podría hacer otro director. Al igual que ocurre con otros título suyos, Spielberg nos calza en sus personajes principales (con Tom Cruise como pivote absoluto) con facilidad pasmosa; en apenas veinte minutos, tenemos una problemática familiar, la desgana con la que los dos hijos van a pasar el fin de semana con su padre, un inútil para este tipo de cuestiones aparentemente mundanas, pero que es capaz de desplazar el eje de la Tierra para proteger a su familia de una invasión alienígena. Éste, y no otro, es el distintivo, imbricar el epíteto de un héroe que no renuncia a su mortalidad, y que ha de demostrar su valía justo donde otros no llegarían. Es cierto, Koepp y Friedman no hacen más que este esbozo en tenderete, pero a Spielberg le basta y sobra para engrasar su maquinaria pesada, porque las imágenes de esas maquinarias gigantescas, alzadas sobre tres patas y aniquilando todo a su paso es un icono de la ciencia ficción, quizá no tan impactante como el clásico de Byron Haskin, pero sí un redimensionado que gana enteros si no le exigimos más de lo que nos puede dar... Bueno, y si eliminamos toda la parte con Tim Robbins, claro...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!