Uno ve en 2024 una cosa como COLD CREEK MANOR (jocosamente traducida aquí como LA CASA) y confirma varias cosas, como que Mike Figgis es un director que se fue quedando anticuado muy pronto, o que hay películas de género que se limitan a aprovechar los "recortes" de lo que parece no otra cosa que un manual de guiones, que podrías encontrar muy barato en un rastro cualquiera. Esta película tontísima, repleta de lugares comunes, nos habla a hipidos de una familia con menos química que un Quimicefa, con Dennis Quaid desorientado, Sharon Stone dando grititos por cualquier cosa y Kristen Stewart con la misma cara de insomne ya desde entonces. Se van de New York a una casa en mitad del campo porque sí, con una excusa incongruente, y encontrándose con Stephen Dorff en modo chulo piscinas, que casualmente acaba de salir de la cárcel y antes vivía allí. Todo muy casual y muy por los pelos. Para redondear, Juliette Lewis escanea sus contoneos y Christopher Plummer sale cinco minutos acostado en una cama. Es como EL CABO DEL MIEDO de Hacendado, y dura dos horas, y he empezado a desbloquear el recuerdo de alquilarla en DVD y no llegar al final, abrumado por tanto grito y tanto fotograma quemado y tanto cheque directo a las Bahamas, que hubiese sido un giro argumental más sorprendente, pero qué se le va a hacer...
Los noventa cuando ya se habían acabado los noventa...
Saludos.
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