Que la niña está rabiosa porque quiere unos vaqueros de doscientos pavos. Que los quiere porque ve cómo su madre alivia su mala conciencia dándole dinero a cada indigente que se encuentra... y alguno ni siquiera lo es. Que papá está harto de hacerse pajas de mediana edad y se beneficia a la vecina, que es esteticista, borracha y gilipollas. Aunque lo peor es que papá y mamá, que se ganan la vida comprando muebles que pertenecían a gente que acaba de morir, para revenderlos con sobreprecio, están esperando a que se muera la abuela de la esteticista, que también tiene un carácter horrible, para ampliar su propio apartamento. Allí vive la otra nieta, que hace radiografías mamarias y evita tener vida social. Y todos juntos protagonizan PLEASE GIVE, que no es Todd Solondz, sino el reverso cursi e inocuo de HAPPINESS, aunque lo verdaderamente inquietante es que el rechazo lo haya sentido con ésta, que se cierra como no podía ser de otra manera. La niña se compra (la madre le compra) los dichosos vaqueros y el American Way of Life, aunque tenga pátina de votante demócrata de Greenwich Village, vuelve a restablecerse.
Querer ser Woody Allen, a estas alturas, no sólo es absurdo sino directamente contraproducente. Como tener mala conciencia, y ni siquiera una cuenta corriente abundante...
Inane.
Saludos.
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