sábado, 19 de marzo de 2016

Estrella apagándose



Vaya por delante que yo era un absoluto rendido de la música, voz y actitud de Amy Winehouse; de lo contrario, puede que no me hubiese acercado a este amargo biopic que ganó el oscar a mejor documental este año. Muy amargo, porque no creo que en el entorno de la artista haya caído muy bien la descarnada y fina disección que Asif Kapadia ha montado a partir, precisa y paradójicamente, de la amalgama de imágenes existentes de una chica que nunca pareció estar preparada ni protegida para mirar al resto desde arriba. AMY es una película tristísima, con un deje melancólico no apto para según qué ánimos; derriba con decisión todas las asquerosas conjeturas de la prensa, que la atacaba por un único motivo: era libre en un mundo, el musical, cada vez más poblado por esclavos obedientes. Ella tenía talento, mucho, demasiado, y todos se aprovecharon de ello. Su padre, clavado en la cruz por querer registrar cada movimiento de una hija a la que convirtió en poco más que una representada, o Blake Fielder, un vividor que la metió en la heroína. Queda claro que la muchacha muchas luces no tenía para elegir compañías, y se muestra como una niña sobrepasada por su propia grandeza. La tendríamos que recordar por su voz, sus canciones, y no por lo que otros usaron para exprimirla como a una vulgar prostituta. Esto es lo que verán en AMY, y puede que no les guste mucho... Pero así era ella.
Saludos.

1 comentario:

TRoyaNa dijo...

Indéfilo,
muy de acuerdo con tu visión, me ha dado una infinita tristeza ver su declive,como dices no estaba preparada para el éxito.Una chica con un don portentoso para la música,que era extremadamente frágil,vulnerable,manipulable....un poco como Marilyn en la industria del cine,salvando las distancias.
Quedémonos con su música,aunque este documental ayuda a comprender el mundo claustrofóbico en el que vivía,y de qué manera ni ella se protegía ni nadie tampoco supo protegerla como se merecía.
Qué pena.
Un saludo

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!