martes, 1 de marzo de 2016

Chantal Akerman, enemiga íntima #8



J'AI FAIM, J'AI FROID fue la aportación de Chantal Akerman al film colectivo PARÍS VISTO POR... VEINTE AÑOS DESPUÉS, y, quizá, el mejor y más personal de los cortos que lo integraban. Protagonizado por la cantante Pascale Salkin y una jovencísima Maria de Medeiros, es un juguete aparentemente inocente que en realidad esconde una afilada crítica a la supuesta hospitalidad que la capital francesa ofrece a sus vecinos belgas, a los que suele mirar desde una postura de superioridad, cuando no directamente paternalista. Ellas son dos recién llegadas que se bajan del taxi y, sin decir una palabra, van a su habitación de hotel. Con su habitual mirada, tierna y subversiva, Akerman vacía el contenido y presenta a sus dos protagonistas como buscadoras de los placeres básicos de la vida. Tienen hambre y comen; y si no han quedado satisfechas... pues vuelven a comer. Quieren enamorarse, encontrar el amor como si fuera un mero acto que hacer en ese París donde nadie les dirige la palabra, así que van a un bar, ligan, besan a los chicos... Pero algo no funciona, así que deciden cambiar, por si acaso se han equivocado. Dura 12 minutos, los suficientes para que asistamos a una declaración de intenciones, o cómo el cine ha sido incapaz de mostrar a mujeres realmente liberadas, sino constantemente pendientes de no salirse de los roles que la sociedad les impone. Por supuesto que Akerman ha desarrollado esto mucho más en sus obras mayores, pero merece la pena ver este corto de 1984, trasladarse a aquellas calles en aquel tiempo...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!