martes, 22 de marzo de 2016

Chantal Akerman, enemiga íntima #11



Diversos acontecimientos han ralentizado la producción de este blog, por lo que toca acelerar para ponerse al día. Uno de ellos es el ínfame ataque terrorista en Bruselas, que ha conmocionado a toda Europa. Esperando a que los musulmanes que tantas ganas tienen de venir condenen a la verdadera culpable de esto, que es su propia religión, intentemos contribuir a la normalidad con otro vistazo a la desaparecida directora belga.
NUIT ET JOUR, de 1991, es un esplendoroso y optimista canto al amor sin prejuicios ni ataduras, y la constatación de que libertad sólo hay una y casi nadie la posee. Ella es Julie, que está enamorada de un taxista nocturno con el que hace el amor de día, hasta que se va. No necesita más, sólo esas horas de placer compartido y pasear cuando está sola. Un día, Joseph, que conduce el taxi de día, se enamora de Julie, así que sus horas de amor abarcan prácticamente todo el día... Bonito ¿verdad? Lo complicado en este caso es aportar algo más a una narración deliberadamente lineal, que busca en la repetición su sentido, que Akerman adorna con reflexiones filosóficas que rozan lo naif o que abogan por un idealismo positivista, en el que sus personajes buscan, por encima de cualquier otra cosa, la felicidad. Si no fuese ella, hablaríamos de un típico drama romántico de sobremesa, pero la película gana enteros a medida que el triángulo choca con sus tres aristas y finalmente desvela el fracaso del amor compartido. Ahora bien, si no les importa perder una hora y media de retozos y sábanas veraniegas, ésta es una de las películas más deliciosamente atontolinadas que se pueden ver... Y dejemos las bombas para los imbéciles...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!