miércoles, 16 de marzo de 2016

Para qué esperar



Ustedes saben (y si no, lo recuerdo) que aquí servidor es ateo, y no sólo de boquilla o postureo, sino que aprovecho cualquier oportunidad para arremeter contra esa imparable máquina de imbéciles que es la Iglesia (y detrás pónganle lo que quieran [yo les pondría grilletes, pero no es posible]). Así que SPOTLIGHT debería entusiasmarme, pero no lo hace; aun así, se trata de una película correcta, bien ejecutada, con buenos actores y una intención y vocación magníficas. SPOTLIGHT ha ganado el oscar a mejor película, así que debería haberla pospuesto un poco más, hasta el final, pero no he encontrado la razón para ello.
De Thomas McCarthy, su director, me entusiasmó THE STATION AGENT, su ópera prima, y me encandiló THE VISITOR; luego hizo dos películas bastante prescindibles, justo antes de descolgarse con un film de formas clásicas, que lleva descaradamente a Clint Eastwood, quizá Lumet... pero sin el genio ni la inventiva de ambos. Quizá no sea justa esta desmesurada comparativa, pero si le han dado el premio gordo no es menos justo traer nombres ilustres, aunque a McCarthy le queden eones de oficio para solventar el gran problema de este alegato a favor del periodismo de investigación, esa puta barata de las redacciones... SPOTLIGHT no de desata en ningún momento, prefiere una a veces incómoda rigidez formal para que la narración sea todo lo clara que demandan los repugnantes hechos que cuenta y denuncia. Así, por un lado está esa gratificante sensación de justicia, que no sirve para nada, pero que al menos ayuda a entender la miserable postura de los lobos con piel de cordero que miraban para otro lado y aún hoy siguen en su inmovilismo hipócrita, que es lo que siempre han sido. Pero no es suficiente, ya que también hay una película, y ésta podría pasar por un excelente episodio piloto de la HBO, pero como "cine con mayúsculas" (comprendan las comillas) es apenas un ejemplo rutinario de eficacia funcional, y esto se entiende con su carácter incomprensiblemente "episódico", que usa incluso el viejo juego de los emparejamientos (cada periodista tiene sus personajes-réplica, y nunca los de otro), además de una avejentada partitura a cargo de un Howard Shore irreconocible. Pero en fin, al menos redime a Keaton y confirma el talento de Ruffalo. Si quieren más, no esperen a los oscar...
Saludos.


2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Completamente de acuerdo.

dvd dijo...

Me quedó una sensación rara después de verla, porque no entiendo cómo tanta gente la ha ensalzado. A mí me parece muy rutinaria, correcta y honesta, pero también previsible y sin demasiados aportes propios. En fin...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!