viernes, 18 de marzo de 2016

El santo bebedor



Teniendo en cuenta que está más que próxima la semana santa y que no guardo rencor a nadie, vamos con una de santos...
ESTIGMAS es una película de 2009 con una compleja interrelación de componentes, que la deja más en lo que podría haber sido que en la referencia que intuyo pretendió ser. No era fácil poner en imágenes el excelente cómic de Mattotti y Piersanti, y menos con una cuidada fotografía en Blanco y Negro de corte expresionista, y mucho menos si el rol protagonista (y omnipresente) recae en Manolo Martínez, afamado lanzador de peso, que obtenía una oportunidad de oro para demostrar que también sabe actuar. Con SIN CITY y su estética de contrastes cromáticos como apoyo espiritual, Aliaga, que deslumbró poco antes con LA CASA DE MI ABUELA, se ve sin embargo incapaz de poner orden en un guion que se le va de las manos en cuanto el relato avanza y que deriva sin solución de continuidad desde un realismo sucio a la parábola sobrenatural, de la decadencia de los circos de tercera a una difícil coyuntura, como es narrar sin palabras el supuesto infierno interior de un alcohólico al que un día de resaca le aparecen sendos estigmas en las manos. De la "santidad", entendida como una verdad inescrutable, y que quizá sólo pueda entenderse desde la total entrega ignorante, se desprenden los aciertos y también los errores de una película contenida, pero fatalmente desgarbada. Un buen intento, del que deberían aprender los que prefieren que el discurso sea siempre el mismo y luego se quejan de lo poco ponderados que se sienten en una industria que no les mima lo suficiente...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!