domingo, 10 de enero de 2016

Rincón del freak #219: Un tebeo ramplón



Sí, bueno, como prometí en su momento vamos a terminar de desmenuzar la problemática saga de CREEPSHOW, que en su segunda parte recortó considerablemente tanto cualitativa como cuantitativamente, y es que el asunto quedó en apenas tres historietas de irregular desarrollo y terminado, dejando la impresión de una producción menos cuidada que la original. "El viejo jefe Cabeza de Madera", que abría la función, es un cansino relato acerca de un pueblecito perdido donde no pasa nada. Hay una tienda que regenta un señor mayor (George Kennedy) y su mujer (Dorothy Lamour), y que tiene una imponente estatua de madera en la puerta que representa a un viejo jefe indio. No hay mucho que contar: la tienda está al borde de la quiebra, pero el jefe actual del clan indio le da al tendero unas valiosas joyas en pago por su larga amistad y el servicio que le ha hecho a su gente. Sin embargo, un indio joven y díscolo llega con la intención de robarle las joyas y marcharse a Hollywood, pero las cosas se dislocan y los dos tenderos acaban muertos, lo que despertará la ira del jefe "Cabeza de Madera"... Podía haber sido mejor, pero todo luce desganado; los diálogos, los actores, la trama. Su definición es: olvidable.




En "The raft" (La balsa), hay un ligero subidón, sobre todo por la economía de medios y un saludable gusto por los diálogos y situaciones delirantes. Se trata del típico grupete de jovencitos y jovencitas que se van a un apartado lugar a desfogar sus alteradas hormonas, en este caso un pequeño lago en niguna parte al que han ido en temporada baja para evitar incómodas aglomeraciones. En el medio del lago hay una especie de balsa flotante de madera a la que inmediatamente se van nadando... pero en el lago hay algo, una extraña mancha circular que se mueve a conciencia y que parece acechar al cada vez más asustado grupo, que se ve incapaz de abandonar la balsa. En fin, el típico y efectivo cuentecillo de terror que no se anda mucho por las ramas y extrae el clima de la misma extrañeza que supone la incapacidad de entender la naturaleza de lo que se está viendo. Tiene algunos momentos de risa floja, pero eso ya es culpa de la incompetencia del director.





El tercer y último segmento parece, cuando empieza, que va a ser el mejor. Un espejismo. "The hitchhiker" (El autoestopista) arranca con un sugerente planteamiento, que nos lleva a la placentera vida doble de una señora adinerada, que obtiene el placer de un gigoló al que debe despedir en mitad de la madrugada para poder encontrarse con su marido sin levantar sospechas. A lo mejor, quién sabe, de estas pequeñeces nacen cosas mayores; lo digo porque, salvando las distancias, lo que viene después se parece mucho a LA MUJER SIN CABEZA, de Lucrecia Martel... Bueno, a lo mejor estoy desvariando... Sí, la mujer atropella a un autoestopista y se marcha sin socorrerlo, pero lejos de indagar en cuestiones filosóficas y morales lo que sigue es un maltrecho muerto viviente que persigue a la asustada señora incomprensiblemente, ya que no importa lo lejos que vaya, el tipo siempre estará ahí con una frase para el recuerdo, algo así como: "Gracias pr llevarme, señora"... En fin, que Stephen King salía aquí haciendo de camionero, pero tampoco ayuda mucho a que esta segunda entrega tuviese una continuación... ¡Y el caso es que la tuvo!... Ya les contaremos otro Domingo...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!