lunes, 11 de enero de 2016

D. W.: El padre del cine #45



Ya en 1924, Griffith adoptaba una postura formal cada vez más cercana al expresionismo alemán, sin abandonar nunca su extraordinario rigor en la puesta en escena y con un apego a su cuadrilla habitual de actores y actrices que cohesionaba cada trabajo suyo. La"marca Griffith", incontestable desde casi dos décadas atrás, sonaba como un marchamo de seriedad y calidad, aunque lo más importante (el tiempo lo ha demostrado) fue la delineación de lo que, sólo a partir de entonces, se conoció como "superproducciones". Y eso que Griffith no gozaba ya de presupuestos como los que manejó en INTOLERANCE, pero aún era capaz de poner en pie proyectos complejos como ISN´T LIFE WONDERFUL, que interiorizaba las tremendas vicisitudes de una familia polaca refugiada en la devastada Alemania que intentaba reorganizarse tras la Primera Guerra Mundial. Tratándose de un guion original suyo sorprende que todo el elemento melodramático no esté expuesto innecesariamente, sino que forme parte intrínseca del desarrollo narrativo en un juego de interiores y exteriores de una gran emotividad; mientras el marido sufre una grave enfermedad por las duras condiciones laborales, la mujer lucha por un trozo de pan en interminables colas de racionamiento; con las decisiones extremas de los gobernantes se alimenta inconscientemente la revuelta de una población hastiada de no sentirse dignos. Griffith filma lo que a muchos les podría recordar a Eisenstein; el director soviético reconoció hasta su muerte que era exactamente así... pero al contrario.
Una de las grandes películas menos mencionadas de David Wark Griffith.
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Otra película en la que se demuestra la conveniencia de saber cultivar un huerto para sobrevivir. Es magnífica. Muy underrated in my opinion. La escena de la subida de precios en la cola de la compra me pone los pelos de punta. Happy end con calzador, pero bueno. Hay que vender las películas aunque sea cambiando alemanes por polacos.

dvd dijo...

Yo me he enamorado perdidamente de Carol Dempster, que le daba por todos lados a la sobrevalorada Lillian Gish, que era un rostro y poco más. Me parece una actriz como la copa de un pino, y esta película, ya digo, es perfecta en una sesión doble junto al "Potemkin", por ejemplo.

PD: Esta semana (y las siguientes) son de monográfico total, no digo más...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!