viernes, 29 de enero de 2016

German. Rodar pese a todo #3



En 1977, Aleksey German rueda su tercer largometraje, donde queda de manifiesto la dificultad que ya empezaba a tener para emprender cualquier proyecto. La desclasificación de su cine, en absoluto alineado con el régimen comunista, le dejaba en un limbo mediático que pesaba demasiado en un país al que no le gustaban las críticas soterradas, por lo que German prácticamente no tuvo la oportunidad de distribuir el film, hoy día el menos conocido de su por otra parte poco conocida filmografía. Y es que DVADTSAT DNEY BEZ VOYNY (VEINTE DÍAS SIN GUERRA) pulsa el desencanto de gran parte de la población soviética con un régimen totalitarista que ya duraba seis décadas, pero lo hacía con una tremenda inteligencia, narrando el desplazamiento de un oficial tras el infernal asedio de Stalingrado hasta una pequeña ciudad, donde llega buscando a una mujer por petición expresa de un soldado caído en combate. German escoge el camino más retorcido para internarse en la mente de un disidente que no puede mostrarse como tal, pero cuyos actos y palabras muestran el hartazgo existencial de un hombre que no se reconoce en un país sin aliados, que sólo puede resistir desde la obstinación y el orgullo. El encuentro con la mujer es significativo; ambos son personas cultas, reflexivas; seres atrapados en una rutina que apenas les podría otorgar unas horas de felicidad, y es sólo en el último día del permiso de veinte que se deciden a ser francos y mostrar sus sentimientos sin reservas. Todo el trayecto anterior, de haber servido para algo, ha sido para el oficial Lopatin un viaje sin ningún sentido, forzado a volver al Frente cuando al fin cree haber encontrado una razón para quedarse.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!