jueves, 21 de enero de 2016

La originalidad inconveniente



Ser original no está bien visto por la mayoría. Primeramente porque se confunde la originalidad con la inventiva; se inventa a partir de elementos preexistentes, pero no se puede originar algo si no se parte desde la nada. Es un argumento extremo, lo sé, y quizá no tan eugenésico como la primordialidad de lo que se desea expresar, que es una reformulación de los conceptos del cine como lenguaje en sí. Desde mi punto de vista, el cine no avanza por acumulación ni por refinamiento de unos códigos que no por antiguos son menos válidos, pero seguimos sin avanzar ¿Qué hacer? Se lo preguntó Apichatpong Weerasethakul en el año 2000 para estructurar su primer largo. Si lo logró, entonces estamos ante un hito, uno de esos rarísimos momentos en los que un medio artístico se para a reflexionar sobre su existencia, y la conveniencia o no de la misma, e intenta ensayar un nuevo código semántico, que de irrumpir arrastraría la imagen filmada hasta el terreno de la moral, por cuanto exhibe dicha cuestión ante otros tantos narradores y les obliga a replantearse sus modos y métodos. Como una torrencial transfusión de sangre aún sin contaminar, MYSTERIOUS OBJECT AT NOON parte de un planteamiento sencillísimo para poder indagar en la complejidad del relato oral, una vez se bastardea y retuerce hasta sus mismos límites. El director (casi más encuestador que otra cosa) recorre localizaciones humildes para escuchar las historias de la gente; las historias empiezan de una forma, luego se confunden unas con otras y llega un punto en el que no seríamos capaces de discernir si hay algo de real en ellas o son puras invenciones folclóricas. Parece poco, o que no es mucho, pero se trata de un experimento fascinante: desnudar a la "película" de su armazón, su coraza de tramoyas, montajes y ex machinas, y volver a repensar si no estaremos dando demasiadas vueltas a la noria.
Una zanahoria no estaría mal...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!