domingo, 25 de enero de 2009

Poligamias, polisemias

Film absolutamente insólito en el panorama español, EL DESENCANTO es el maquiavélico producto de Elías Querejeta, su particular y soterrada venganza contra un sistema (el franquista) y una forma de pensar castradora, cruel e irresponsable. Después de ver la mediocre trayectoria de Jaime Chávarri, creo que ni él hubiese soñado con realizar esta compleja y demoledora ópera prima.
EL DESENCANTO es una película rabiosa, que se revuelve contra todos y cada uno de los integrantes de la familia Panero, focalizadores absolutos de escupitajos verbales, recuerdos hirientes y complejos expuestos con toda su terrible verdad ¿Nos parece extraño que Felicidad Blanc aluda constantemente al régimen, a los poetas del régimen, a las curdas de su marido sufragadas por la incondicional sumisión al régimen? ¿Que Juan Luis, el hijo mayor, trate desesperadamente vivir ora de la patética imitación del padre (el poeta oficial), ora de un supuesto malditismo (lo que en Leopoldo María surge con espontaneidad)? ¿Que Michi, el hijo pequeño intente, sin lograrlo, dar cohesión a una familia desestructurada desde sus podridos cimientos? Sus confesiones en primera persona, hablando a cámara, son impresionantes; ningún actor podría derrochar tanta verité en tan poco tiempo. Y aún una última e inesperada carga de profundidad, la aparición de Leopoldo María. Es sabido que, si bien no se contaba con que éste participara en el rodaje, no es menos cierto que mucho de lo que Leopoldo Mª Panero arrojó al rostro, fundamentalmente de la madre, fue suprimido tanto por un Chávarri abrumado por las circunstancias como por un Querejeta un poco receloso de la viabilidad comercial de este documental.
Treinta y tantos años después, EL DESENCANTO es cine puro y necesario, quizás un poco ombliguista (problemas hay en todas las familias), pero con hallazgos absolutamente memorables, como el gran acierto de omitir en todo el metraje la figura física del padre (apenas una estatua tapada) o la tenacidad del equipo por arrancar esas esquirlas de realidad a unos personajes (personas) destrozados, arrojados a un infierno-maldición personal que acaba engulléndolos a todos; quizá sólo Leopoldo Mª, loco lúcido, sea capaz de prever la desgracia cuando categoriza sobre su internamiento en el manicomio de Mondragón mientras la madre lo escucha con la imperturbabilidad que sólo los cobardes poseen.
Imprescindible.
Saludos desencantados.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y yo me(te) pregunto,no por llevar la contraria claro, donde está la venganza contra el sistema franquista exactamente?. Yo lo que veo, sobre todo, es una familia deshecha, rota, desectructurada, algo corriente desgraciadamente en el año 2009, en el 1975 y en los años de maría castaña. Sí es verdad que Panero padre fue uno de tantos poetas subvencionados por el régimen franquista, hoy también tenemos, desgraciadamente, escritores a gañote. Un abrazo y nos veremos proximamente en el Trini-Bar-Club.

dvd dijo...

Bueno, lo digo por Querejeta, que siempre tuvo problemas (¿y quién no?) para dar viabilidad a sus producciones. La familia en sí es otra cosa, que todos eran unos niños bien (la madre lo dice abiertamente),holgazanes y viciosos como ellos solos. No me dan ninguna pena, la verdad; si acaso la injusticia del ingreso de Leopoldo Mª en el manicomio, pero también es un tema controvertido.
Un besote trinitario...

Anónimo dijo...

Soy tan holgazán y tan vicioso como me permiten mis circunstancias. Me da mucha pena la familia Panero,`por supuesto independientemente de su clase social, ideología etc. Las campanas doblan por todos nosotros, la locura está en todos nosotros; yo de momento le voy ganando, me queda la segunda parte.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!