jueves, 22 de enero de 2009

¿Será por opciones?

Ya, ya me había dado cuenta de que me dejaba (y muy a mi pesar) (y muy injustamente) a Fassbinder en el tintero. Abarcar al genial director alemán es poco menos que arduo; no por la extensión de su filmografía, sino por la intensidad de la misma. Fassbinder murió joven, en la plenitud de su carrera; su legado comprende gran parte de las claves esenciales para entender el devenir del cine europeo de ahora mismo, con sus inteligentes bostezos narrativos, sus puñetazos al sistema disfrazados de (falsa) corrección formal y, sobre todo, su aparentemente inagotable imaginación visual, sacando de un entorno decididamente austero una visión propia, insobornable. Un bien tan escaso como loable y agradecible.
Podríamos echar mano de cualquiera de sus trabajos, pues todos y cada uno de ellos contiene una saludable dosis de lo anteriormente dicho, pero hoy me quedo con una de mis favoritas por muchas razones, sobre todo por la inusitada actualidad que recobra sobre alguno de sus aspectos clave.
En MÜTTER KUSTERS FAHRT ZUM HIMMEL, Fassbinder indaga en las miserias y podredumbre de una sociedad obsesionada con la imagen y la noticia. Lo que es relevante vende, pero ¿quién decide qué es relevante? ¿No es relevante la muerte del marido para una pobre anciana? Sí, pero también lo es mostrar las vejaciones a las que ésta era sometida por el susodicho. Y no se muestran, se sugieren. No es relevante que esta abnegada mujer quiera limpiar el nombre de su marido, aunque éste fuera un verdadero hijo de puta. Pero sí es relevante que dicha señora se afilie a un grupo terrorista. Ella no lo sabe, pero ha sido utilizada por distintas ideologías (comunismo, fascismo, capitalismo) en pos de una supuesta "buena causa": la defensa de la memoria...
Rainer Werner Fassbinder es capaz de desatar todos estos asuntos, sin caer en maniqueísmos ni demagogias, en dos horas de gran cine, cosa que otros intentan infructiosamente a lo largo de toda su carrera, lo que dice mucho de uno de los directores con más talento de todos los tiempos. Con MAYÚSCULAS.
Saludos manipuladamente felices.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!