domingo, 11 de enero de 2009

El fin del sueño, el principio de la pesadilla

8 1/2 es un sueño; no puedo creer que Fellini haya estado frente a una mesa de trabajo pensando cada vericueto de un film sin forma ni destino; sí puedo creer en Fellini despertándose a las cuatro de la madrugada envuelto en sudor y susurrando: "lo tengo, lo tengo"...
8 1/2 es la imposibilidad del director de cine para vivir fuera del circo permanente que él mismo ha creado. Guido Anselmi ya no puede hacer más películas porque le parecen ridículas e innecesarias; observa el comportamiento de la gente a su alrededor y comprende que nadie es auténtico, que todos representan un papel según les convenga. Es la némesis del creador, no poder transformar la realidad.
En 8 1/2, los personajes y las situaciones son deliberadamente artificiosas, no hay espacio para la naturalidad, porque Fellini, el gran distorsionador, manipula antes de ser manipulado. Ecos de Griffith, de Walsh, Eisenstein o Gance... el fin de una época. Pero por encima de todos ellos, una gran sombra que todo lo cubre. Si han leído "La montaña mágica" lo comprenderán. Anselmi no es más que otro Hans Castorp desleído en un vórtice de situaciones y personajes que lo reducen al mero papel de espectador, que no le permiten desarrollarse más allá. Y también en 8 1/2 hay un balneario que cura las penas, y asistimos al peligro de la seducción reprimida, y al fracaso de las expectativas, así como a la enfermedad imaginada como pretexto para la reclusión, para estar a salvo del peligro de vivir.
La última y megalómana escena de 8 1/2, el famoso desfile alrededor del decorado inacabado de la película inacabada, nos advierte: la época dorada del cine está a punto de acabar, o hay un cambio radical a la hora de enfrentar la figura del creador o todo acabará siendo una payasada, una enorme y costosísima broma. Y Fellini era único haciendo reflexiones...
Saludo y medio.

2 comentarios:

atikus dijo...

Desde luego, Fellini tenia un carácter único, un punto de vista especial, ho ya no se tiene, jaja...en fin no nos pongamos tristes...por cierto el jueves vi Roma, no es de mis favoritas pero tiene su toque...

Abrazos

Vivian dijo...

Me llamó la atención el paralelismo que planteas entre “8 y 1/2" y “La Montaña Mágica”, nunca había reparado en ello, y ahora que lo leo en tus palabras, aparece tan evidente.
Como escribí en otro blog no hace mucho, de Fellini, “La Strada” y “8 y 1/2" son mis debilidades, tan aparentemente opuestas, de la crudeza del realismo a la vorágine de lo onírico donde nada es verdad ni mentira, pero, si te paras a analizarlas con detalle, tienen mucho más en común de lo que a primera vista parece, mucho… Al igual que el circo y la montaña...
Me gustó especialmente esta entrada.

Un saludo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!