sábado, 31 de enero de 2009

Aprovechando el tirón

Ay ay, el cine español... y aún más... ¡el cine de autor español!... y más todavía... ¡la comedia de autor española!... el acabose... ¡el cine de la movida más allá de Almodóvar!... Pa cagarse, vamos...
En fin, vamos allá.
Otro de los estatuillados patrios es Fernando Trueba, tipo sagaz donde los haya y terrible habitante de lugares no ya comunes, sino manoseados. A Trueba está muy claro que le hubiese encantado ser Woody Allen, pero le faltaba punch en los guiones; pero, aspirando al máximo, quiso sobrevolar el inalcanzable imaginario de Billy Wilder, al que invocó como dios cuando recogió el espadachín dorado. Imposible. Para llegar a Wilder hay que pactar con el diablo o, como poco, contratar a Jack Lemmon... lo que a día de hoy ya es imposible.
Pero al principio de su carrera, cuando Trueba no tenía un duro y sí mucho entusiasmo (eran los 80, you know), fue capaz de levantar un par de comedias acerca de perdedores con suerte o afortunados que no sabían que lo eran. Comedias más o menos corales, más o menos tontorronas, con pretensiones existencialistas (dios bendito) y tíos feos que conquistan a tías buenas. La primera fue OPERA PRIMA, que es la que le hubiese gustado hacer a su hermanísimo David, y la segunda fue SAL GORDA, compendio de todo lo anteriormente dicho y, además, con banda sonora hecha de canciones sueltas, probablemente lo mejor de la cinta. Del argumento hay poco que rascar: venturas y desventuras de un compositor en crisis total que se encuentra a sí mismo en un maremágnum de personajes a cual más disparatado. En resumen, la típica comedia llamada "españolada", después del bochorno ozoriano y antes de Gómez Pereira & Co. Vista entonces era eso, un artefacto simpaticote; vista hoy, odiamos un poco más a Carmen Maura, Antonio Resines y, sobre todo, a ese trasunto de actor llamado Óscar Ladoire. Menos mal que éste siempre ha sido un país de secundarios...
Salados saludos.

4 comentarios:

atikus dijo...

Hombre claro, intentar llegar a parecerse a Wooy Allen es todo valo, y hacerlo con Wilder es algo más que imaginación.
De todas maneras esos años de los 80 con tantas sales...tampoco guardo tan mal recuerdo, sería que estaba todo el día de juerga y mis niveles de exigencia eran mínimos ;)

atikus dijo...

Por dios, tengo el teclado o mis dedos atrofiados el domingo por la mañana...y juro que ayer no bebi, encima eso!!

dvd dijo...

¡Suertudo! Tú que viviste todo aquello... Ya sé que ahora se lleva decir que Psché!, no estuvo mal... así, con desdén. Lo que yo hubiese dado por haberlo vivido, de verdad.

loquemeahorro dijo...

Uy, yo fui a ver Sal Gorda precisamente porque me gustaba la música. ¡Parece que fue ayer!

En su momento me hizo gracia, pero no volvería a verla ni en medio del ataque más chungo de nostalgia.

Cuesta creerlo, pero Óscar Ladoire mandaba totalmente en el cine español. Increíble pero cierto. Bueno, no ha sido el único no-actor de muchísimo éxito en nuestro cine.

Sé que es cruel, pero cuando vi que iba a salir en "Mira quién baila", me sentí algo vengada...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!