viernes, 30 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #146


 

Como un enigma orgulloso de serlo, de mostrarse en su opaca naturaleza, CASANOVA, la más terrible de las películas de Fellini, para mí infinitamente más autobiográfica que 8 1/2, que se despliega desde lo más infinitesimal hasta la orgía desatada de escenografías imposibles. Todo anclado a la imperial interpretación de Donald Sutherland (me la he guardado conscientemente), adueñándose de toda la grandeza y la humanidad y la soberbia más allá del estilo, la fantasmagoría de un hombre por encima de los hombres, el gozador de todas las carnes, incapaz de un mal gesto, exquisito ante la incomprensión del vulgo, preso del orgasmo como una estrella se convulsiona en la indiferencia del cosmos. Es difícil experiencia, ardua en dos horas y media que exigen ser más que un cinéfilo medio, mucho más. Fellini saca las vergüenzas de eterno veneciano, y de paso las nuestras, porque esta plegaria a la jodienda necesita que recordemos nuestros propios orgasmos con la misma entrega que su protagonista. Si no, no son auténticos yonkis del sexo, y Sutherland mira muchas veces a cámara, así que no se apeguen a mantras facilones ni palabras de seguridad. El tramo final, magistral, es la única demostración de amor del narcisista, sí, ante una extraña autómata, que enlaza con el retrato de un Casanova terminal adherido con mierda a cualquier pared. El final más bello posible...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!