En estos tiempos raros, afilados, donde los malos ganan porque están convencidos de ser los buenos, la verdad, el amor, la amistad, la solidaridad, son armas de destrucción masiva. Destruyen los escupitajos verbales y los convierten en flores. Magia, decía la señora Münchgstettner, mientras transformaba un destartalado motel en mitad de la nada californiana en una especie de oasis, donde camioneros polvorientos desean llegar para ver algo bello, por una vez. Todos hemos tenido ese lugar, de una u otra manera; a lo mejor lo hemos visto de refilón, y no nos ha dado tiempo a agarrarlo, como se escapan resbaladizos los sueños. Sí, BAGDAD CAFE es una película muy tonta, pero muy esperanzadora; tiene movimientos de cámara sonrojantes, pero también planos que parecen salidos de otra dimensión. Y está Jack palance absolutamente adorable; una señora que grita porque está harta de estar harta; una prostituta que en realidad hace tatuajes; un padre adolescente que intenta emular a Bach; un marido enamorado que sólo se atreve a mirar desde lejos. Y una cafetera amarilla que la señora Münchgstettner ha dejado en mitad de la autopista, donde ha mandado al carajo a su bávaro marido y ha salido andando con su maleta y su sombrero con pluma. He aquí la película de los cuerpos extraños, entes sin lugar que buscan lugares, y cuerpos, y también algo de amabilidad en un mundo que, vaya usted a saber por qué, nos suele tratar tan mal.
Yo la quito de la categoría "película" y la llamo directamente magia... Y llorarán con su banda sonora...
Saludos.
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