Yo preguntaría primero si era estrictamente necesario hacer BEETLEJUICE BEETLEJUICE, nada menos que 36 añazos después. Probablemente no, pero luego empiezas a repasar el pozo sin fondo en el que se ha convertido la filmografía reciente (no tan reciente, de hecho) de Tim Burton, para verse disfrutando de una comedieta tontuela, un autohomenaje o simplemente un divertimento por puro amor a todo lo que la original significa. Con la sombra de un cierre definitivo dentro de poco, hay muy poco original en este film autoindulgente y ligerísimo, donde de nuevo Michael Keaton es relegado a la cuasi anécdota, mientras Winona Ryder no se desprende de la cara de asco, Justin Theroux parece un émulo de Steven Seagal, los jóvenes aportan poco o nada, hay un pequeño cameo de Danny DeVito y, claro, Burton, tan agradecido él, le reserva un hueco a su nueva pareja, una Monica Bellucci haciéndose pasar por... ¿Lisa Marie?... Retorcido, aunque no tanto como la solución de guion para incluir al personaje de Jeffrey Jones, canceladísimo por los motivos que todos ustedes saben y conocen: su personaje ha fallecido engullido por un tiburón, que le ha arrancado la parte superior del cuerpo. Yo digo que si la Warner no hubiese estado tan obsesionada con abarcar a todas las edades, de aquí hubiese salido un experimente bizarro y cochambroso, aunque Burton tampoco ha sido muy de esas cosas...
Se puede ver sin problemas, pero no le llega a la primera a la altura de los talones.
Saludos.
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