viernes, 2 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #142


 

Dice Garci en los Cowboys, ese placer culpable que algunos transitamos desde la convicción de que siempre se aprende algo, que sería imposible que la Academia de Hollywood le diese la estatuilla a una película como VOLVER A EMPEZAR hoy día. Tan alejado ese cine del más apreciado cuatro décadas después, aunque me parece de justicia resolver que la primera película española en ganar el oscar (tardaron un poco, me parece a mí) es la carta de amor por excelencia del cineasta madrileño a lo que es, sin más, su vida, el arte de contar historias (o no) mediante imágenes. Hay un poco de Ozu en esta historia infinitesimal, pero de humanidad inabarcable, donde se compendian la nostalgia, el amor, la amistad, las despedidas. Todo ello en el viaje de un profesor de universidad que tuvo que marcharse en el 38, y que regresa a Gijón tras recoger el Nobel. Un puñado de días en los que se reencontrará con un amor que el tiempo no ha mermado, amigos de toda la vida, una ciudad que le acoge como si nunca se hubiese ido, que refleja esa satisfacción y melancolía en el rostro de un Antonio Ferrandis inmenso, que se mueve como el oleaje cantábrico y mantiene esa mezcla de calma, emoción y un poco de despedida, la que ha quedado impresa en la mejor escena filmada por Garci, que ya es decir, y que nos deja a dos colosos, Ferrandis y Bódalo, dando una explicación gráfica de qué significa estremecerse. A los jóvenes les digo: claro que es una película de viejos, con música de viejos y ritmo de otoño exagerado, pero es una película con la que nuevas generaciones pueden aprender a amar todo lo hermoso que está pasando ante sus ojos...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!