sábado, 31 de mayo de 2025

Barrabás o Jesús


 

En 1998, Ian McKellen protagonizaba en DIOSES Y MONSTRUOS algo más que el magnífico y descarnado retrato del episodio más oscuro (y quizás gozoso) del cineasta James Whale. Inesperadamente y con casi sesenta años, McKellen, ya con una extensa carrera, se convertía en un habitual del cine comercial, protagonizando algunos de los títulos imprescindibles de los últimos veinticinco años. Inasequible al desaliento, el actor británico ha estrenado recientemente THE CRITIC, que podría considerarse una especie de perverso cierre del círculo abierto en el film de Bill Condon. Lamentablemente, no hay rastro aquí de la decadente ambigüedad desplegada en aquélla, y lo que pretende ser el refinado cartograma de un despiadado crítico teatral, se dispersa entre su innecesariamente amplio elenco y una historia que maneja varios tonos, sin decidirse por ninguno que le valga adecuadamente. Sólo y nada más que McKellen (al que se le notan, cómo no, sus 86 años) para soportar este dubitativo drama de inicios del pasado siglo, al que le falta algo más de misterio y ensoñación, y le sobra, además de media hora (y no es larga), la pulcra diagnosis unos tiempos convulsos, con urgencia de subrayar el auge del fascismo en aquella Inglaterra que podía odiar más a un crítico por ser homosexual que por sus desollamientos semanales, eso sí, siempre en aras de la emputecida libertad de expresión. 
No merece la pena.
Saludos.

viernes, 30 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #146


 

Como un enigma orgulloso de serlo, de mostrarse en su opaca naturaleza, CASANOVA, la más terrible de las películas de Fellini, para mí infinitamente más autobiográfica que 8 1/2, que se despliega desde lo más infinitesimal hasta la orgía desatada de escenografías imposibles. Todo anclado a la imperial interpretación de Donald Sutherland (me la he guardado conscientemente), adueñándose de toda la grandeza y la humanidad y la soberbia más allá del estilo, la fantasmagoría de un hombre por encima de los hombres, el gozador de todas las carnes, incapaz de un mal gesto, exquisito ante la incomprensión del vulgo, preso del orgasmo como una estrella se convulsiona en la indiferencia del cosmos. Es difícil experiencia, ardua en dos horas y media que exigen ser más que un cinéfilo medio, mucho más. Fellini saca las vergüenzas de eterno veneciano, y de paso las nuestras, porque esta plegaria a la jodienda necesita que recordemos nuestros propios orgasmos con la misma entrega que su protagonista. Si no, no son auténticos yonkis del sexo, y Sutherland mira muchas veces a cámara, así que no se apeguen a mantras facilones ni palabras de seguridad. El tramo final, magistral, es la única demostración de amor del narcisista, sí, ante una extraña autómata, que enlaza con el retrato de un Casanova terminal adherido con mierda a cualquier pared. El final más bello posible...
Saludos.

jueves, 29 de mayo de 2025

Michael Bay que estás en los cielos


 

Entonces pasas junto al escaparate. Sonríes con esa sensación por la espina dorsal. Palabras que normalmente no utilizas recorren tu mente, sabores que te llevan a restaurantes exóticos. La ropa nueva, las máquinas registradoras, la canción de moda sonando a lo largo de techos inacabables del centro comercial. Como trompetas celestiales. Plantas de plástico, cubiertos reciclados, señoritas golosinas del evento, frescor en tubo de poliestireno. Se está haciendo un cine (¡cine!) muy peligroso, que elimina por completo las barreras entre la ficción y nosotros, los vivos, que en un alarde de recochineo autosatisfecho pretendemos sólo algo tan sano como olvidarnos de la tenaza costumbrista, ilusionándonos en ese parque temático ocasional. A lo tonto, resulta que Michael Bay, en un par de décadas, va a ocupar el lugar que le ha dejado, por ejemplo, Ridley Scott, y sin tener mucho que ver ambos cines entre sí. Ver un producto de bollería industrial como HAVOC, con envoltorio muy caro e ingredientes insalubres, nos habla de una comercialidad por venir nefasta, exenta de aromas propios, renunciando a eso tan extraño que es la coherencia, el ritmo más allá de "osos viciosos" (éste con bastante más gracia). Una vez más, Netflix haciendo honor a su leyenda negra, para que digan.
He visto pocos actores últimamente tan perdidos como Tom Hardy.
Saludos.

miércoles, 28 de mayo de 2025

La intención templada


 

Caminando entre dos aguas muy diferenciadas entre sí, como es la adaptación de Peter Jackson y el esfuerzo de Ralph Bakshi por adaptar lo por entonces inadaptable, la versión que, seguidamente a ésta, realizó el prestigioso tándem Rankin-Bass de THE RETURN OF THE KING. Mucho más que curioso, puesto que ambos autores ya se habían atrevido años atrás con THE HOBBIT, pero aquí abordan únicamente el último "libro" (si se puede llamar así) de la gran saga de Tolkien. Ni siquiera puede considerarse una continuación a la mutilada (abandonada, más bien) versión de Bakshi, al no tener nada que ver en fondo o forma, estando más orientada hacia un público decididamente infantil. Se trata de un largometraje muy reconocible en la idiosincrasia de esta productora, que obtuvo un estimable apoyo de animadores japoneses, que le dan un aspecto más digno de lo que cabría esperar. Pese a todo, incluso a que personalmente no me disgusta, no soy capaz de recomendarla a nadie que no sea fanático, completista o las dos cosas. El resto, al menos ha de tener paciencia con lo que es, animación infantil de 1980 con inevitables saltos de guion.
Saludos.

martes, 27 de mayo de 2025

llnngg


 

Con brevedad inusitada, mi parquísima reseña acerca de UNTIL DAWN viene a ser lo siguiente: que el cine comercial y de género lleva tiempo atravesando una sequía de ideas galopante no debería sorprender a nadie; que se confunde la mixtura de medios con la búsqueda desesperada por encontrar una migaja de inspiración, pues también. UNTIL DAWN lo tiene todo, que es lo mismo que decir que no tiene nada. Basada en un videojuego (dato que me importa lo mismo que el PIB de Vanuatu), estamos ante la enésima y agotadora escenificación de una fórmula exprimida hasta sus últimas consecuencias. Un artefacto en el que puedes adelantar sin ningún problema cada siguiente escena, mientras bostezas viendo cabezas explotar y efectos de sonido clónicos. Lo de que esto vaya de que todos mueren, pero al amanecer vuelven a la vida, tan sólo para volver a ser asesinados por la noche, abrió una posibilidad en esta mente tan extraña que me adorna el coco: es genial para ahorrar sueldos...
Saludos.

lunes, 26 de mayo de 2025

Presunto inocente


 

Sigo cayendo en estas cosas, seguramente arrastrado por esa maravilla que es THE JINX (sólo la T1), a cuya estela han proliferado todo tipo de copiones, la mayoría desafortunados, que no son más que documentales mediocres, eso sí, alargados hasta lo indefendible. El caso de MAKING A MURDERER es ligeramente más complejo, por el gran impacto mediático del mismo, como por una primera temporada aceptable, que se convierte en un artefacto oportunista y descaradamente amarillista. Es necesario contar la sinopsis en su esencia, al menos para darle el valor que su tratamiento documental no tiene. Steven Avery es condenado por agresión sexual en 1985, pero una prueba de ADN lo absuelve nada menos que 18 años después; sale en libertady el condado de Manitowoc (Wisconsin), donde vive, ha de indemnizarlo con más de treinta millones de dólares. A los pocos meses, una joven es asesinada, y de nuevo Avery es acusado, juzgado y condenado a cadena perpetua irrevocable, arrastrando además, en un giro estrambótico, a su sobrino Brendan, un chaval de dieciséis años y avanzada discapacidad intelectual. Todo lo que podría desprenderse de este planteamiento de partida debería ser apasionante, y en cierto modo lo es por lo insólito del caso, pero seamos sinceros, porque el estiramiento detoda la T2 es injustificable, excepto por prolongar el éxito y crear unas expectativas que fallan en lo esencial. Lo esencial es que el documental se torna espectáculo, y no uno muy bueno, sino un tortuoso trasiego de personajes exprimidos hasta la saciedad, hasta que esporádicamente se suelta algún dato supuestamente revelador, pero que no es más que eso, Netflix en estado puro, cuando Netflix saca la calculadora a pasear. 
Es medianamente entretenido, pero también se enreda torpemente en una vorágine de datos que tapan circunstancias capitales, sepultadas por una producción que me parece lamentablemente tendenciosa.
Saludos.

domingo, 25 de mayo de 2025

Rincón del freak #649: Bingoooooooo!!!...


 

Tengo serias dudas para pensar que, aparte de Quentin Tarantino, haya alguien allende nuestras fronteras que haya visto LOS BINGUEROS. La misma certeza que nos habla de uno de los fenómenos de taquilla más morrocotudos del cine patrio, y por tanto una de esas películas "que conoce hasta tu abuela". Cine del destape, exploitation ibérico, exprimir hasta las últimas consecuencias a la pareja más famosa de aquella discutible transición, cuyo volumen de caspa fue tal que aún obtiene soterrados "homenajes", y creo que todos sabemos a quiénes nos estamos refiriendo. Dos caraduras, gilipollescos hasta la caricatura, con lamparón de brandy y salvado de Brummel, presentando eso tan nuestro del "pelotazo", esta vez a base de cantar líneas y bingos en locales de cenicero humeante y conejitas con peluca. Todo muy saludable, adornado con tetámenes y felpudos de pseudoactrices (sólo digo "Norma Duval" y me piro), para demostrar que lo zafio vende, aquí y acullá, pero aquí los que vendían eran Pajares y Esteso. Y, sí, básicamente esto es lo que le dio un nombre a Mariano Ozores, como les decía ayer...
Perfecta para un club de pajas entre amigos.
Saludos.

sábado, 24 de mayo de 2025

El placer de los guiones


 

Con casi cien años, nos ha dejado Mariano Ozores, nombre mítico de una sección de la cinematografía española que, si les digo la verdad, se me hace muy cuesta arriba defender, no por los valores que pudiese tener ese "cine del desarrollismo", sino por ejercer de incomprensible dique de contención a propuestas de mayor calidad y enjundia. Todo ello, sumado a una filmografía descomunal en tamaño, hace que mi homenaje sea pequeño, pero puede que sorprendente. Porque Ozores filmó en 1963 un película impresionante, sin duda la mejor suya, y uno de los más grandes ejemplos de cómo enfrentar la ciencia ficción sin efectos especiales, tan sólo con un puñado de buenos actores y actrices y un sólido y metronómico guion, por cierto obra del propio director. Quizá sea arriesgado tratar a LA HORA INCÓGNITA de cine de autor, pero a mí me parece una obra personalísima, que engancha desde su impactante premisa argumental, en la que un misil nuclear en pruebas se ha desviado de órbita, con el cálculo de que en pocas horas impactará en una población determinada. Lo que hace el film, muy acertadamente, es una semblanza a nivel personal de las pocas personas que se han quedado atrás en la evacuación, que sirve a Ozores para trazar un interesante retrato de una sociedad que, como queda de manifiesto, sólo mostraba su verdadera cara cuando ya no tenía nada que perder. Un borracho que ha dormido la mona en una zanja, un ladrón al que le puede la codicia, dos adúlteros que al fin se pueden ver a solas, una prostituta y un fugitivo de la justicia, una joven empleada de grandes almacenes y su tiránico jefe, dos genuinas "urracas" que aprovechan para cotillear las casas vacías de sus vecinas, y hasta un viejecito que busca a su gatito desaparecido. Aun con todas sus licencias (la censura y sus gilipolleces), carencias y tono semiteatral, es una película de verdad admirable por el clima de inquietud y desconcierto (ligeramente buñueliano en su tramo final) que es capaz de generar con una producción tan modesta. Y culmino diciendo a los que babeáis con la serie esa de los hongos, echad un vistazo a esta anomalía y os enteráis de cómo se escribe un guion en condiciones...
Saludos.

viernes, 23 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #145


 

En estos tiempos raros, afilados, donde los malos ganan porque están convencidos de ser los buenos, la verdad, el amor, la amistad, la solidaridad, son armas de destrucción masiva. Destruyen los escupitajos verbales y los convierten en flores. Magia, decía la señora Münchgstettner, mientras transformaba un destartalado motel en mitad de la nada californiana en una especie de oasis, donde camioneros polvorientos desean llegar para ver algo bello, por una vez. Todos hemos tenido ese lugar, de una u otra manera; a lo mejor lo hemos visto de refilón, y no nos ha dado tiempo a agarrarlo, como se escapan resbaladizos los sueños. Sí, BAGDAD CAFE es una película muy tonta, pero muy esperanzadora; tiene movimientos de cámara sonrojantes, pero también planos que parecen salidos de otra dimensión. Y está Jack palance absolutamente adorable; una señora que grita porque está harta de estar harta; una prostituta que en realidad hace tatuajes; un padre adolescente que intenta emular a Bach; un marido enamorado que sólo se atreve a mirar desde lejos. Y una cafetera amarilla que la señora Münchgstettner ha dejado en mitad de la autopista, donde ha mandado al carajo a su bávaro marido y ha salido andando con su maleta y su sombrero con pluma. He aquí la película de los cuerpos extraños, entes sin lugar que buscan lugares, y cuerpos, y también algo de amabilidad en un mundo que, vaya usted a saber por qué, nos suele tratar tan mal. 
Yo la quito de la categoría "película" y la llamo directamente magia... Y llorarán con su banda sonora...
Saludos.

jueves, 22 de mayo de 2025

Pericia instrumental


 

MICKEY 17 sufre el mal de muchas de las producciones actuales, porque es innecesariamente desmesurada, y por tanto irregular, con un horror vacui que se hace patente en su directamente prescindible parte final, que, no se equivoquen, yo taso en al menos 50 minutos. Todo lo que viene antes es magnífico, con un grandioso Robert Pattinson en un despliegue de facultades que debería haber trascendido más de lo que lo ha hecho. Su personaje es una especie de Woody Allen futurista, incapaz de dar una a derechas, que acepta convertirse en un estrafalario Sísifo, un "prescindible" usado en multitud de pruebas, cuyo cuerpo es literalmente resucitado y vuelto a utilizar. El problema sobreviene cuando Mickey, en su decimoséptima reencarnación, es dado por muerto en una misión, y al regresar se encuentra con "18", es decir su siguiente réplica. Hasta ahí, Bong Joon-ho invoca nada menos que a Lubitsch y sus implacables juegos de apariencias, facturando una comedia negrísima con una insólita (para estos tiempos que corren) incorrección política. Personajes complejos para una trama sencilla, pero que dan paso a un insufrible panfleto supuestamente ecologista, que deja al descubierto lo que debería haber sido: un entretenimiento muy bien dirigido. El cineasta coreano, en mi opinión, siempre cree tener la obligación de dar la penúltima pirueta, y en esta ocasión peca de sobresaturación, sobreexplicación y un último golpe dramático que no conecta con el circo de sombras chinescas con el que se abre. 
Buena película, pero no tenía por qué ser tan larga.
Saludos.

miércoles, 21 de mayo de 2025

El presente


 

Ver WALDEN: DIARIES, NOTES AND SKETCHES en 2025, en soledad con el propio tiempo de uno, descubriendo en imágenes aparentemente aleatorias, como si un aficionado impusiera su mirada a la del espectador, en la similitud que la obra de arte ofrece como aparato asumible de honestidad. Ya que hablamos de "clásicos", peyorativamente casi siempre, hay que seguir abundando en esta opción de "borrado del clásico", o de caricia contemporánea, por el gusto de lo que la vida reflexiona como eje en deuda de su construcción instantánea. Curioso, por el trabajo de edición que siempre ha acompañado a Mekas, su sofisticación que, de alguna manera, busca la depuración, una mirada inocente, casi infantil, despojada de una intención inquisidora. WALDEN es un monumento divertido, carnal, febril, que actúa como una sinfonía con instrumentos de juguete; y es esa poesía que implora nuestra mirada, porque sólo nuestra mirada, de presente, de estremecedora solidaridad, nos da la medida de esa pregunta tan imbécil: ¿Quiénes somos ahora?...
Intemporal. No hay otra palabra.
Saludos.

martes, 20 de mayo de 2025

Israel, estado genocida


 

IM SPINNWEBHAUS es una película mal hecha y mal concebida, pero aún peor me parece lo mal concebida que está, y si no, lean esto. Madre soltera con tres niños. Imágenes jugando, alegres, la sdñora se pone a conducir como en una feria, a punto de tener un accidente. Está estresada, no aguanta a los niños, se los lleva al padre, el padre pasa también. Vuelven a casa, la madre recoge sus cosas y le dice al mayor que a tomar por culo, que ahí se quedan. Los niños mienten, roban, se alimentan de chucherías. Todo en un tono de aventurillas mosqueante, como si los niños también estuviesen rodando la película. Finalmente, después de todo este trajín, la madre vuelve, se pone otra vez a jugar y todos felices. Es tan mala que me da igual contarla entera. Y finalizo con el encabezado de esta reseña, que es tan terrible y horroroso como la misma, pero no por ello menos cierto. Israel es un estado genocida, y todos los que lo blanquean unos canallas indeseables. Punto.
Saludos.

lunes, 19 de mayo de 2025

Fundamental por derecho


 

Impecable. Es la palabra que me viene al revisitar HARD TIMES, una de las mejores (y menos reivindicadas) películas de aquel Walter Hill, que durante un buen puñado de años adelantaba, sin que lo supiéramos, el cine de género que estaba por venir con formas que provenían de grandes maestros clásicos. De nuevo ese manto que todo lo cubre, el western crepuscular, colándose en una historia ambientada en la gran depresión, donde un soberbio Charles Bronson (soberbio, sí) es ese forastero misterioso, de mirada gélida y vocabulario ahorrativo, que llega de ninguna parte al peor sitio posible. Con un anecdotario de personajes perfectamente dibujado, se nos introduce en el sórdido mundo de las peleas clandestinas, repleto de aprovechados, tanto como de víctimas. La presencia de Bronson contrapuntea la de un conmovedor James Coburn, el apostador de poca monta que encuentra la gallina de los huevos de oro, un luchador inesperado, invencible, pero con un código moral que lo aparta de la caterva de indeseables que sólo pretende aprovecharse de él. Es una película de peleas, sí, y qué peleas, maravillosamente fotografiadas por Philip H. Lathrop y montadas por Roger Spottiswoode, pero también es un emotivo relato sobre amistades improbables y victorias morales, que en último término son las únicas que perduran en el tiempo. 
Si no la han visto, se están perdiendo una estupenda película de género... y algo más.
Saludos.

domingo, 18 de mayo de 2025

Rincón del freak #648: Cápsula caducada


 

El plano final de KRAVEN THE HUNTER me suscita un par de reflexiones, para nada sesudas, que ponen en cuestión el deplorable estado al que ha llegado el (odioso término) "cine superheroico". Los espectadores más avisados habrán entendio el guiño al CONAN de Milius, donde se produce una fascinante ruptura, la de la fuerza bruta sentándose a reflexionar sobre su nuevo estatus de regente que ha de tomar decisiones. En la línea de un Ben Wheatley o James Mangold, directores con mayor o menor carga autoral, pero que comparten un dominio del oficio notable, parece ser que la llamada de la comercialidad es tan fuerte como para diluir dicha identidad en un mar de imágenes y motivos confortablemente repetitivos. Curioso, cuanto menos, si atendemos a lo que significan dos films tan distintos, pero complementarios, como EL AÑO MÁS VIOLENTO y TRIPLE FRONTERA, de cuya unión podría haber salido esta KRAVEN. Una película que gana si se le extrae todo el rollo de los superpoderes, y se hubiese quedado en un thriller gangsteril con algún interés cinematográfico. El problema es que la historia central es estúpida, los personajes parecen estar en universos paralelos que no se tocan y se abren demasiados frentes, sin que ninguno cuaje aceptablemente. De hecho, Kraven no era un personaje tan sutil ni tan complejo, no tanto como para otorgarle un dilema moral que lo acerque (¿pero qué digo?) al guerrero cimmerio. Un tachón imperdonable en la carrera de un cineasta como J.C. Chandor, del que he destacado lo bien que plasma sus propios guiones. El último apunte, por tanto, es obvio: tres guionistas para escribir una gilipollez como ésta, pero curiosamente ahí se abstuvo Chandor de participar...
No la vean.
Saludos.

sábado, 17 de mayo de 2025

Cazador y presa


 

Uno de los gestos más recordados de la versión de Scorsese de CAPE FEAR fue, sin duda, el cameo de los dos protagonistas de la original, en dos roles contrapuestos a los de treinta años antes. El poderío de Robert Mitchum se despliega aquí implacable, amenazante ante un Gregory Peck que intenta mantener la compostura en todo momento, no como aquel sobrepasado Nick Nolte. Una película que se saltaba las limitaciones de la serie B, para distorsionar el thriller canónico y convertirlo en terror primario, con mayor atención a la creciente atmósfera de amenaza e impunidad, que emana el exconvicto dispuesto a vengarse del abogado que no le libró de estar varios años en la cárcel. Ya desde el arranque, imágenes cotidianas e inofensivas de una ciudad en movimiento, pero que nos coloca con una extraña desazón cuando la poderosa partitura de Bernard Herrmann empieza a sonar. No me extraña que Scorsese estuviese obsesionado con hacer el remake de este film incómodo, grasiento, que huele a miseria moral cuando entra en pantalla Mitchum, que dejó para la historia a esa encarnación pura del mal que es Max Cady.
Saludos.

viernes, 16 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #144


 

Icónica. Excesiva. Desafiante. Reverencial hasta la genuflexión. Con momentos tan fascinantes como ridículos. CAPE FEAR parece más un reto a la crítica que, aún desde entonces, ha visto desbordadas sus propias expectativas, partiendo del entusiasmo que generó aquel "nuevamente renacido" Scorsese. En mi opinión, la sensación ha mejorado desde que la vi por primera vez en su estreno, pero curiosamente ha empeorado en lo que creo insoslayable, unos agujeros de guion que la van sumiendo en la gamberrada excéntrica de un cineasta, evidentemente, superdotado. El gran acierto es Robert De Niro, el mejor Max Cady posible; su interpretación ha creado escuela, de lo excesivo, sí, pero también de cómo un actor entiende a la perfección lo que el director demanda de él. La mejor escena es, sin duda, la que protagoniza junto a Juliette Lewis, que pasa por ser ese cuento de Caperucita con unos roles no tan explícitos como todo lo que representa ese abogado, desquiciado e indefendible, que interpreta Nick Nolte, en un papel tan desagradecido (mal escrito, más bien) como el de una desaprovechada Jessica Lange, que chilla más que habla. No sé tampoco si le hace falta la polémica decisión de copiar la partitura de Herrmann, por mucho que el trabajo de Elmer Bernstein fuese encomiable; o agarrarse a la fotografía del "lynchiano" Freddie Francis, que le da un aire a Hitchcock en sus tramos más inspirados. Un conjunto irregular, que parece magistral en su retrato de la brutalidad y la maldad pura, pero que patina cuando encara sutilezas o los giros de guion que hacían de la película original ese clásico incómodo y áspero que ha llegado, creo, en bastante mejor forma.
Ya saben que soy cerril en cuanto a la V.O.S., pero la versión doblada tiene su propio encanto. Ustedes saben...
Saludos.

jueves, 15 de mayo de 2025

Bonito, hermoso o doloroso


 

Por puntualizar la entrada de ayer, me acordé de DEDE (me encanta hacer estas cosas con las palabras...), una película georgiana de 2017 que no ha visto nadie y nadie reivindica. La cosa es que podría tener su explicación, pues su descarada exposición de un miserabilismo sin matices es jodida de defender, mientras que el retrato que hace de una mujer atosigada por las costumbres de su pequeña aldea no despega de la discutible elección de su protagonista, con una inexpresividad que no parece deliberada. Dina queda prometida a la fuerza con un hombre al que no ama, y desafortunadamente bebe los vientos por su mejor amigo, que acaba de llegar de la guerra de los Balcanes. Sin embargo, un trágico suceso (que no desvelaré) hace que su vida cambie para bien. Por supuesto, la felicidad no dura, y nuevamente se verá ante una disyuntiva similar, con el agravante de que su familia ya le ha dado de lado por completo y no comparte su gusto por la rebeldía. El gran problema que plantea el guion proviene de cómo no puede separarse de su propia e inestable magnificación de acontecimientos, abrazando un tremendismo que no agiliza la realización y la deja como una de esas curiosidades, exóticas sólo por su procedencia, pero con un valor cinematográfico como poco cuestionable.
Sólo la recomendaría a buscadores de oro con gran fe en su olfato.
Saludos.

miércoles, 14 de mayo de 2025

Ignominia empieza igual que ignorancia


 

Por razones completamente diferentes, una película como THE STONING OF SORAYA M., de 2008, se puede considerar una buena película exclusivamente por sus loables intenciones, en tanto que denuncia descarnada, que proviene del libro del escritor Freidoune Sahebjam, que registró un estremecedor caso de lapidación que le llegó por casualidad al pasar por un apartado pueblo iraní. Es imprescindible, por lo de no caer en el panfleto y su trampa, hacer una disección de este irregular film, demasiado largo, que se regodea innecesariamente en la exposición del caso, una denuncia por adulterio totalmente inventada, cuyo polémico desenlace le resta toda la carga de rabia y razón, que cineastas iraníes si han logrado con mayor sutileza y calidad cinematográfica. Si todo este largo "corpus" se hace complicado de tragar, el tramo final nos lleva hasta un exhibicionismo casi pornográfico, que no voy a discutir por su idoneidad, sino por lo abrupto de su irrupción, de manera que puedo hablar de una manipulación sentimental en toda regla. Es ésta una discusión tan necesaria como irresoluble, pero que a mí me ha servido para no caer en esta especie de "trampa fílmica", más cercana a KAPO que, por ejemplo, a EL HIJO DE SAÚL, para que se me entienda nada más.
Saludos.

martes, 13 de mayo de 2025

La importancia que se le quiera dar


 

He descubierto que la mejor herramienta para detectar en qué transformaciones andan las cinematografías, es visitar ligazones de menor perspectiva; directores, actores, guionistas en su mayoría aún activos, incluso en eso tan moderno que es "su prime". Las diferencias, en muchos casos insalvables, nos hablan de modos y maneras que hoy día ni se plantean, pero que entonces ya olían a apolillado. Por ejemplo, INVENTING THE ABBOTTS, uno de esos dramas de carácter interclasista tan caros a los americanos, que en 1997 tenía todos los elementos para inscribirse como una especie de neoclásico ambicioso y perfeccionista. Con el protagonismo compartido (mal compartido, me temo) por unos jóvenes Joaquin Phoenix, Billy Crudup, Liv Tyler y Jennifer Connelly, el previsible guion no consigue escapar del best seller de Sue Miller, y lo que se promete como una cruda historia repleta de rencillas, cuernos y secretos inconfesables, se va diluyendo a medida que el irlandés Pat O'Connor empieza a desdibujar personajes y centrarse en planos cortos de embobamientos y frases melosas, cuando había un motor más interesante en las andanzas del primogénito (Crudup), follarín empedernido y obsesionado con las tres hermanas Abbott, para restregarle a su iracundo padre que, aunque no logre acceder a su fortuna, va a deshonrarle de la forma más vergonzosa. Lastimosamente, el film ha quedado muy sepultado para lo que prometió entonces, excepto por servir como modelo de tantas y tantas subproducciones plataformeras, para que vean que el tiempo pasa pero los mercaderes no descansan.
Saludos.

lunes, 12 de mayo de 2025

Un homenaje a la irreverencia


 

Es desalentador entrar en una serie donde el contexto lo es todo, desde la justificación de su ritmo repetitivo, la tosquedad de su aspecto o la reiteración de los motivos más escabrosos, que pueden despistar a espectadores en busca de evasión pura, pero atraer a otros no tan familiarizados con los términos superheroicos. El caso es que INVINCIBLE es, ni más ni menos, eso. Una oportunidad de ver unos personajes que, más allá de sus poderes, están repletos de defectos, inseguridades que los exponen como fracasados, desertores o psicópatas. Literalmente, es la historia de Mark Grayson, hijo de una humana y un viltrumita, que hereda los poderes casi ilimitados de su padre e intenta sobrevivir en un mundo donde los superhéroes no son, ni mucho menos, los habituales seres de luz. Tienen los mismos problemas de índole económico, social o político, lo que les hace oscilar de la adoración al repudio más absoluto, una constante en la serie, que nunca significa quiénes son exactamente los buenos y los malos. Pero hay que destacar un par de cosas más, como la violencia extrema, impúdica, más emparentada con la crudeza del manga japonés que con la dulcificación norteamericana. Tanto como (y esto sí me parece crucial) la deliberada opción por un aspecto formal minimalista, más expresionista que ornamental, que celebro por esa insólita sensación de asistir realmente a un "cómic en movimiento", pero que necesita la colaboración intrínseca del espectador, que ha de comprender la decisión de unos diseños toscos y un acabado técnico emparentado con la animación de tiempos muy pretéritos. La sensación final es extraña, muy buena si se está dentro, pero que le hace bajar puntos si aparece el fantasma del relleno.
Merece la pena.
Saludos.

domingo, 11 de mayo de 2025

Rincón del freak #647: Valentina vs. La Bruja Bollera


 

Otra vez Corrado Farina haciendo de las suyas, que es básicamente hacer pasar un film de erótica más o menos comedida por un filtro de modernez pseudointelectualoide, a base de poner jovencitas en camisón entornando los ojos mientras dicen "Godard". Así las cosas, lo cierto y verdad es que en un principio esta BABA YAGA tenía más que sobrados elementos para despertar cierto interés, por mucho que en realidad sea lo arriba descrito. Se trata de la adaptación del cómic de Guido Crepax, en el que la progonista, la Valentina del título, es una pizpireta fotógrafa de costumbres disipadas y curiosidad por todo lo que se salga de la norma, que en mitad de un rodaje con (como lo oyen) indias despelotadas, confederados y cementerios neblinosos, donde Franco Battiato (lo juro) hace de sumo sacerdote, recibe la visita de una señora (Carroll Baker) de luto decimonónico, que queda prendada de las curvas de la chica, pero que resulta ser una strega que fabrica muñecas sadomaso y oculta nada menos que la puerta del infierno en el salón-comedor, bajo la mesa camilla. Y digo: no es un desastre, y a quienes conocieran la obra de Crepax les puede dar algún solaz dominical, que no todo es luchar contra la extrema derecha.
Curiosa, simpática y poco más.
Saludos.

sábado, 10 de mayo de 2025

¿Quién podría haberlo hecho?


 

Nueva película de Steven Soderbergh, que parece estar buscando establecer una especie de récord o algo así, pero que responde a la perfección con un modelo de producción no tan engreído, más "terrenal" si se quiere. Y eso que BLACK BAG es una historia de altos vuelos, cocinando una intriga de espionaje en la que nada es lo que parece, y en la que un esforzado Michael Fassbender ha de luchar contrarreloj para desenmascarar al topo infiltrado en los servicios de inteligencia británicos, y que podría desatar un desastre que haría tambalear a todo el país. Sólo hay un problema: la principal sospechosa es su propia mujer. Alrededor de Fassbender y Cate Blanchett, a la que el botox ha dejado como una muñeca inexpresiva (qué lástima), el guion de David Koepp se sobrepone al inconveniente de una producción que intuye ajustadísima, invocando al espíritu de Agatha Christie, para entregar un "whodunnit?" en tda regla, donde las apariencias lo son todo y nada es lo que parece a simple vista. Película correcta, efectiva, medianamente entretenida en su apreciable y corta duración, pero que dista mucho de ser memorable. Y quizá tampoco lo pretenda.
Saludos.

viernes, 9 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #143


 

Más que una narración al uso, siempre me ha parecido que STRANGERS ON A TRAIN venía a ser una especie de manual para todo aquel que quisiera desentrañar las claves de una película de suspense. Con una fidelidad asombrosa, el guion de Raymond Chandler y Czenzi Ormonde explora el clima extraño y escalofriante que recorre el texto original de Patricia Highsmith, superior por esa otra capa de sátira social que la novelista le añadía. Mítico es el extenso arranque, donde quedan expuestas las contrapuestas personalidades del joven y exitoso jugador de tenis, y el excéntrico y manipulador bon vivant, que embauca al primero en un diabólico plan, el crimen perfecto, donde ámbos se desharán mutuamente de los "problemas" del otro. Hitchcock adelanta aquí mucho de lo que sería su cine posterior, iconoclasta, rompedor partiendo del clasicismo, dispuesto a organizar ese carnaval de monstruosidades que en esta extraordinaria película está presene de principio a fin. Mención especial para la pareja protagonista, el habitualmente insulso Farley Granger, que está perfecto como el joven, aún incorrupto, pero que se debate en una moralidad ambigua por culpa de ese demonio perverso interpretado magistralmente por Robert Walker, un actor del que nos perdimos todo lo que podría haber hecho, al fallecer poco después del estreno de este film, ya digo, paradigma de cómo mantener el interés aun con todos los secretos desvelados desde primera hora. Baste para ello recordar la impresionante escena del asesinato en el parque de atracciones o el desenlace, que devuelve a los personajes a la misma ubicación, y que es una absoluta locura de montaje.
No se la pierdan.
Saludos.

jueves, 8 de mayo de 2025

Coincidentes en el desastre


 

Otra gran sorpresa, de las descatalogadas, ha sido APRÈS LA GUERRE, emotivo retrato bélico que contaba los últimos días de la ocupación alemana en una zona rural francesa, donde los lugareños se debaten entre la esperanza de la llegada de los americanos y el temor a la "tierra quemada" de los nazis en retirada. Narrada desde el punto de vista de dos jóvenes hermanos, que huyen al sentirse culpables de la muerte del alcalde, el film da un giro inesperado cuando encuentran a un soldado alemán oculto en un molino, con el que entablan una extraña amistad y forman una alianza ante la incertidumbre. Con un arranque que podría recordar completamente a BIENVENIDO, Mr. MARSHALL, y sin perder nunca un tono entre lo truculento y la comedia costumbrista, tiene también más de una conexión con la impresionante JUEGOS PROHIBIDOS o, aún más, con WHISTLE DOWN THE WIND. A destacar, la interpretación del actor francoalemán Richard Bohringer, y la complicidad de los jóvenes Antoine y Julien Hubert, hermanos en la vida real y, de hecho, hijos del director, Jean-Loup Hubert, poseedor de una escueta pero interesante filmografía.
Saludos.

miércoles, 7 de mayo de 2025

Camino del sumidero


 

Te dicen que han adaptado un cómic ultraviolento y de estética hiperestilizada, en el que nada menos que Mads Mikkelsen da vida a un súper asesino, al que su jefe, un tipo sádico y repulsivo, le ha denegado su millonaria (y merecida) jubilación, y en lugar de respetar su retiro decide mandar a un grupo de élite para que le den caza. Sí, te lo dicen y te relames, porque nada malo podría salir de ahí, pero, contra todo pronóstico, resulta que POLAR es una de las peores cosas que he visto últimamente. Lo es porque está poniendo posturitas todo el tiempo frente al espejo, diciéndose lo "muy mona" que es, sin reparar en que mezclar a JOHN WICK con SIN CITY sólo funciona si tienes un talento visual irreprochable. Para nada. Sucesión de postales chillonas y sin gusto, de violencia indisimuladamente pornográfica y actuaciones que parecen de saldo, lo remata un guion absurdo y aburrido, que se alarga hasta unas dos horas insoportables, casi dañinas. Y aún más increíble, porque lo cierto es que Mikkelsen es capaz de componer un antihéroe bestial, cuyo feroz hieratismo le va como anillo al dedo, pero que parece como si Sienkiewicz hubiese sido trasplantado al universo Looney Tunes. Una cosa muy rara y muy mala, pero que habrá arrastrado a mucha gente al ver ese cartel en Netflix... ¿dónde si no?
Vayan directamente al papel, que está muy bien y es obra del español Víctor Santos.
Saludos.


martes, 6 de mayo de 2025

Los delatores


 

Cuando me piden recomendaciones muy al azar, de cine que ofrezca tanto entretenimiento como grandes dosis de oficio, saltándome las obviedades de género, una carta segura es el polar francés, donde he encontrado una inagotable cantera de títulos que se han mantenido con el mismo interés a través de las décadas. COMPTES À REBOURS, de 1971, por ejemplo, indaga en los motivos del western canónico, para construir el implacable retrato de una venganza, la que urde el impasible Nolan, tras pasar diez años en la cárcel por culpa del chivatazo de uno de sus compañeros de un atraco, en el que además murió su hermano y un policía recibió un balazo en el rostro, por lo que la venganza es doble. Con grandes de la escena francesa como Serge Reggiani, Michel Bouquet, Jeanne Moreau o Simone Signoret, el film funciona con precisión metronómica, mientras acompañamos a Nolan, frío e impasible, buscando a su delator, mientras el siniestro oficial desfigurado le busca a él. Y se me ocurre toda la cantidad de pseudo-thrillers que nos tragamos a diario, verbigracia de unas plataformas que deben tener a guionistas asalariados del corta y pega; recuperar este clásico absolutamente desconocido es algo que recomiendo encarecidamente, por lo ajustado de su trama, sus magníficas interpretaciones y algunas escenas sencillamente escalofriantes, como la de un montacargas que desciende lentamente...
Estupenda para una sesión doble.
Saludos.

lunes, 5 de mayo de 2025

Pasaba por aquí o (sinfonía)


 

Es encomiable el esfuerzo, de escritura, de compromiso, del cineasta Matthias Glasner por levantar una especie de "epopeya cotidiana" en STERBEN, pero que termina evidenciando lo complejo que es eso de la concisión en un film que se va hasta unas tres horas, que si bien no se hacen largas, sí se notan dispersas, episódicas. A ello contribuye la rotunda negativa a tener un protagonismo tangible, aunque sus partes no buscan la coralidad, y sí la fotografía más o menos relevante. Una sopa magnífica en su tono tragicómico, discutible cuando intenciona un patetismo que casi llega al sensacionalismo, y que tiene sus momentos más flojos en la construcción de unos personajes que van saltando descontroladamente. Es la historia de una familia que se quiere bastante poco, de un padre con demencia, una madre harta de soportarlo hasta que descubre que tiene un cáncer terminal, una hija alcohólica que puede despertar de una resaca en otro país (literalmente), o el hijo mayor, director de orquesta, que podría ser el más centrado, pero que arrastra un historial sentimental que le lleva hasta alquilarse como padre del bebé de una expareja. Yo la recomendaría exclusivamente para cinéfilos entrenados sin miedo a embarcarse en una narración densa y de tono desagradecido, pero que tiene algunos destellos a lo largo de su gran extensión, a los que uno debe estar atento para intentar hilar una historia interior que late, irregular, pero también honesta y afinada, con una afinación nada grandilocuente.
Saludos.

domingo, 4 de mayo de 2025

Rincón del freak #646: Rebuscando en la basura (y encontrando)


 

Vale que lo de Rod Serling con aquellas tétricas introducciones en "Twilight Zone" sentó cátedra televisiva, y que luego ha sido mil veces copiado y manoseado. Lo que ya no vi venir es que el propio Serling se dedicó a autoexplotarse en ínfimas pseudoproducciones catódicas, donde cualquier cosa valía si tenía la dichosa introducción y, cómo no, un epílogo. ENCOUNTER WITH THE UNKNOWN era un "comprimido" de tres historias en apenas 90 minutos, donde el parlamento de marras ya se ponía más insoportable que un bot en Twitter, engolando datos pseudocientíficos para prepararnos ante lo "desconocido". Tres historias que no pueden ser más tópicas y estar hechas de manera más cutre, y lo digo sin condescendencia. Rápidamente, la primera parece una especie de DESTINO FINAL, en la que la madre de un joven maldice (literalmente) a los tres colegas que dejaron morir a su hijo, por lo que ya sabemos cómo acabarán. La segunda parece la más prometedora, donde un chaval encuentra un misterioso agujero en mitad del campo, que hace desaparecer a su perro y a todo el que se aventure por sus contornos. Podría hacerse algo con esta premisa hoy día, pero qué más da. La tercera es aún peor, porque es la arquetípica historia de la chica de la curva, que un hombre encuentra en mitad de un puente y lleva a la dirección que le indica, pero el padre, ya anciano, le informa de que su hija la palmó hace mucho tiempo. 
Nada, que no pierdan el tiempo que yo he perdido con esto y se dediquen a hacer punto de cruz o pintar alguna barandilla oxidada...
Saludos.

sábado, 3 de mayo de 2025

Dogmariando


 

Aquello ya tan lejano del Dogma era algo, creo que lo convenimos hoy día, que sólo tenía algún interés en el fondo, y que la forma era una especie de clickbait, sofisticado si se quiere, pero que aportaba poco a un cine que de no tener algo interesante que contar no tenía nada más. Cierta deriva en el cine escandinavo nos habla de aquellos rescoldos, perímetros argumentales por los que encontrar una cierta crítica a través del audiovisual, y de ahí a reestructurar una identidad a veces difusa. Pongo como ejemplo HYPNOSEN, de 2023, donde resuenan ecos de Ruben Östlund, pero por supuesto de Lars Von Trier y, más soterradamente, del primer Lukas Moodysson. Un cine directo, veraz, de poco ornamento, que prefiere ir al hueso de lo que cuenta, siempre desde un punto de vista sarcástico, cuando no directamente destroyer. Una joven pareja crea una aplicación sobre salud femenina, con la intención de presentarla en una convención y encontrar inversores para lanzarla. Un poco antes, ella acude a una terapista de hipnosis con la intención de dejar de fumar, pero como resultado comienza a comportarse de manera extraña, lo que convertirá la convención en un caos. En realidad, se nos habla de algo tan viejo como las hipocresías sociales, cómo debemos mantener nuestras máscaras, tragarnos lo que cruza nuestra mente y, sobre todo, poner buena cara. Nada que no hayamos visto antes, y que concreta en un film correcto, simpático, con pocas ambiciones y dos interpretaciones centrales competentes. Vendría a ser un Dogma sin los preceptos del Dogma, aunque ya saben que todo está en el ojo que mira...
Saludos.

viernes, 2 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #142


 

Dice Garci en los Cowboys, ese placer culpable que algunos transitamos desde la convicción de que siempre se aprende algo, que sería imposible que la Academia de Hollywood le diese la estatuilla a una película como VOLVER A EMPEZAR hoy día. Tan alejado ese cine del más apreciado cuatro décadas después, aunque me parece de justicia resolver que la primera película española en ganar el oscar (tardaron un poco, me parece a mí) es la carta de amor por excelencia del cineasta madrileño a lo que es, sin más, su vida, el arte de contar historias (o no) mediante imágenes. Hay un poco de Ozu en esta historia infinitesimal, pero de humanidad inabarcable, donde se compendian la nostalgia, el amor, la amistad, las despedidas. Todo ello en el viaje de un profesor de universidad que tuvo que marcharse en el 38, y que regresa a Gijón tras recoger el Nobel. Un puñado de días en los que se reencontrará con un amor que el tiempo no ha mermado, amigos de toda la vida, una ciudad que le acoge como si nunca se hubiese ido, que refleja esa satisfacción y melancolía en el rostro de un Antonio Ferrandis inmenso, que se mueve como el oleaje cantábrico y mantiene esa mezcla de calma, emoción y un poco de despedida, la que ha quedado impresa en la mejor escena filmada por Garci, que ya es decir, y que nos deja a dos colosos, Ferrandis y Bódalo, dando una explicación gráfica de qué significa estremecerse. A los jóvenes les digo: claro que es una película de viejos, con música de viejos y ritmo de otoño exagerado, pero es una película con la que nuevas generaciones pueden aprender a amar todo lo hermoso que está pasando ante sus ojos...
Saludos.

jueves, 1 de mayo de 2025

Dilo dos veces


 

Yo preguntaría primero si era estrictamente necesario hacer BEETLEJUICE BEETLEJUICE, nada menos que 36 añazos después. Probablemente no, pero luego empiezas a repasar el pozo sin fondo en el que se ha convertido la filmografía reciente (no tan reciente, de hecho) de Tim Burton, para verse disfrutando de una comedieta tontuela, un autohomenaje o simplemente un divertimento por puro amor a todo lo que la original significa. Con la sombra de un cierre definitivo dentro de poco, hay muy poco original en este film autoindulgente y ligerísimo, donde de nuevo Michael Keaton es relegado a la cuasi anécdota, mientras Winona Ryder no se desprende de la cara de asco, Justin Theroux parece un émulo de Steven Seagal, los jóvenes aportan poco o nada, hay un pequeño cameo de Danny DeVito y, claro, Burton, tan agradecido él, le reserva un hueco a su nueva pareja, una Monica Bellucci haciéndose pasar por... ¿Lisa Marie?... Retorcido, aunque no tanto como la solución de guion para incluir al personaje de Jeffrey Jones, canceladísimo por los motivos que todos ustedes saben y conocen: su personaje ha fallecido engullido por un tiburón, que le ha arrancado la parte superior del cuerpo. Yo digo que si la Warner no hubiese estado tan obsesionada con abarcar a todas las edades, de aquí hubiese salido un experimente bizarro y cochambroso, aunque Burton tampoco ha sido muy de esas cosas...
Se puede ver sin problemas, pero no le llega a la primera a la altura de los talones.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!