En esto, resulta que me acuerdo de que ¡todavía! no había hablado por aquí de BEETLEJUICE, cosa extraña por cuanto fue una de las películas que más me impactaron en su estreno, aunque es cierto que la tenía un poco olvidada, con algo de resquemor por cómo habría envejecido. Prueba superada. BEETLEJUICE sigue siendo una de las mejores películas de Tim Burton, que aquí se explaya a gusto con una imaginativa mezcla de comedia, terror soft y ese toque distintivo que va de lo entrañable a lo reivindicativo. En una hora y media que pasa en un suspiro, Burton nos introduce en su particular mundo de fetiches y obsesiones, donde los muertos no siempre son los más malos, ni los raros tan raros. He ahí la quintaesencia de su cine, repleto de inadaptados, repudiados, en constante lucha con un mundo "normalizado" que no les quiere comprender. Es una lástima que su cine, curiosamente, se haya normativizado tanto desde entonces, y que se haya olvidado de este irreverente "fantasma a domicilio", deslenguado y con un apetito sexual que trasciende el más allá. No olvidemos que Michael Keaton aparece apenas quince minutos, pero que el resto de intérpretes están magníficos, desde el descubrimiento de Winona Ryder a la pareja formada por Alec Baldwin y Geena Davis, o la inclusión (pedida explícitamente por el propio Burton) de la legendaria Sylvia Sidney. Estupenda la partitura de Danny Elfman, o la constatación de que unos efectos especiales hechos a mano perduran en el tiempo e incluso son objeto de homenaje en plena era digital. Ya saben, si dicen su nombre tres veces vendrá comiendo cucarachas, escupiendo y cogiéndole el culo a la primera que pille... Avisados están.
Me ha encantado comprobar que no sólo no ha envejecido, sino que la he disfrutado aún más si cabe.
Saludos.