lunes, 8 de febrero de 2016

D. W.: El padre del cine #49



Aun siendo poco conocida, THE SORROWS OF SATAN es una película imprescindible de Griffith, y por diversos aspectos. Esta adaptación de la novela homónima de Marie Corelli es una nueva vuelta de tuerca al mito de Fausto (de hecho, la pospuse intencionadamente), de convicciones ideológicas aún más extremas y audaces, tanto que se topó con la censura americana, que la tuvo semiprohibida durante años... ¡Griffith censurado! Pero es Geoffrey Tempest, el personaje interpretado por Ricardo Cortez es un nauseabundo sátrapa, que vive por y para la acumulación de poder y dinero y que no duda en vender su propia alma, convencido de que ésta le sirve ya de poco. Satán, en este caso, es un diabólico ente, que se presenta ante Tempest como un enigmático aristócrata, el Príncipe Lucio de Rimanez, un carismático Adolphe Menjou, cuyo propósito único es solamente adueñarse de su alma inmortal. Se nota la influencia expresionista del camarógrafo Arthur de Titta, que dota a este film de un aire surreal y enfermizo; rodado casi enteramente en interiores, supuso asimismo la última colaboración entre Griffith y Carol Dempster, justo el año (1926) en el que el rumor de que pronto se harían películas sonoras, por lo que las viejas estrellas del cine mudo estaban, quizá sin saberlo, ante su declive definitivo.
Es una película difícil de encontrar, pero que ha resistido perfectamente el paso del tiempo y que tiene algunas curiosidades de las que les gustan a los aficionados de las anécdotas raras. Por ejemplo, el fotograma que ilustra esta entrada fue el que eligió Bauhaus para la portada de su primer y mítico single, "Bela Lugosi's dead"... Y es que Peter Murphy siempre fue un raro...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!