miércoles, 6 de octubre de 2010

Todo va sobre ruedas



QUID PRO QUO es una de esas películas que apenas se dejaron ver en el momento de su estreno (apenas tiene dos años), pasaron sin pena ni gloria y fueron directamente a las estanterías de los dvdstores, y además al rincón más alejado del sitio donde los bombazos de la temporada se multiplican impúdicamente. Y uno la ve y, francamente, no sabe qué pensar. Les contaré de qué va y luego vemos, a ver qué tal.
Nick Stahl (mejor actor de lo que sus mediocres títulos indican) da vida a un periodista paralítico que, en mitad de un trabajo de investigación, se topa con un extraño grupo de personas, los wannabes, que realmente desean ser paralíticos y se reúnen para charlar acerca de sus impresiones e ideas en una hipotética vida en silla de ruedas, donde ellos se ven admirados y respetados por el resto de la sociedad. Tras asistir a una reunión y ser descubierto, se da cuenta del inextricable lazo que une a estas personas y que no tiene nada que ver con su propia condición de paralítico real, por lo que es violentamente expulsado. Por supuesto, la curiosidad crece tras ese encuentro, hasta que entra en escena una doctora con el cuerpo de Vera Farmiga (sobran conclusiones), que ejerce una irrefrenable atracción sobre el periodista, que descubrirá con estupor que lo único que le atrae a ella de él es precisamente su parálisis, puesto que ella también es una wannabe, un poco trastornadilla, eso sí. Hasta aquí, la película tiene cierto interés pese a lo telefílmico de su dirección y la desesperante lentitud de su desarrollo. Cronenberg ha hecho algún que otro tratado sobre las taras físicas con los inquietantes resultados que conocemos; Bergman ha sido capaz de poner imágenes a los más oscuros rincones de la psique humana; y ciertamente conocemos muchos directores que se han ocupado de retratos nada acomodaticios. El problema en QUID PRO QUO es que todo lo interesante mostrado en su primera mitad termina derivando en el típico thriller atormentado que busca excusas de guión para casi cualquier cosa. En definitiva, un producto de escasa calidad pero que sirve como entretenimiento más o menos exótico, porque primero es mejor de lo que parece y al final es peor de lo que parece, y ésas son demasiadas apariencias.
Saludos parafílicos.

3 comentarios:

Crowley dijo...

Pues para mí sí que pasó sin pena ni gloria, oiga, porque ni idea de la existencia de este filme. Ni idea.
Saludos.

Lucifer, Becario del Mal dijo...

No conozco ninguna parafilia que tenga que ver con sillas de ruedas pero esta se parece bastante:
"Acrotomofilia: excitación por parejas sexuales con miembros amputados"
Casi que paso.

dvd dijo...

Joder, pues tenéis que ver la película; ver a la Farmiga toda mojada porque va en silla de ruedas no tiene precio...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!