sábado, 9 de octubre de 2010

Una gran putada



Tras los largos y durísimos rodajes de THE BIG COUNTRY y BEN-HUR, William Wyler dio un giro radical e interesantísimo a su impresionante e indiscutible filmografía. Y es que, justo al inicio de la convulsa década de los sesenta, Wyler pareció darse cuenta de que era capaz de realizar un cine "de interiores" de una manera tan brillante como sus grandes frescos históricos. Así nacieron dos títulos imprescindibles como fueron THE COLLECTOR y, sobre todo, THE CHILDREN´S HOUR, que contaba una insólita historia para la época, al menos teniendo en cuenta quién era su director y que se trataba de una producción para la United Artists, aunque fuese el mismo Wyler el responsable de la producción, seguramente amparado por la "carta blanca" que le daban sus inalcanzables cifras de taquilla y la unanimidad entre crítica y público. Unanimidad que se vio resquebrajada (al menos entonces fue así) cuando presentó esta áspera historia de tintes homosexuales y gran tensión de guión; aun así, THE CHILDREN´S HOUR fue nominada a cinco estatuillas, aunque no se repitió la borrachera de premios de sólo tres años antes y Wyler se fue de vacío.
Se nos cuenta la historia de dos mujeres (estupendas Audrey Hepburn y Shirley McLaine) que regentan una especie de escuela de gran prestigio sólo para señoritas y que son víctimas de un bulo levantado por una alumna a la que han castigado; esta terrible venganza desencadenará una serie de acontecimientos que en ningún momento chirrían ni se adentran en el farragoso terreno del folletín; en lugar de eso, Wyler se muestra como un maestro en las distancias cortas y realiza un soberbio trabajo de suspense narrativo en el que seguramente sea su título más arriesgado e inclasificable, sólo comparable a THE COLLECTOR. Es, a casi cincuenta años de su polémico estreno, una obra absolutamente reivindicable y que se ve hoy con la misma pasión y actualidad que entonces.
Saludos calumniados.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!