martes, 5 de octubre de 2010

Nadie es perfecto



Creo que hoy, como otras veces ha ocurrido, no podía ser de otra manera; así que he elegido como homenaje a un gran actor la que creo que fue, es y siempre será su mejor película y su mejor interpretación.
Todo, absolutamente todo en SOME LIKE IT HOT es perfecto, exactamente todo lo contrario a la frase con la que el gran Joe E. Brown cerraba una de las mejores (si no la mejor) comedias de todos los tiempos. Y no son pocos los que señalan que, de no haber estado en manos del maestro Wilder, esta delirante historia que mezclaba impúdicamente gangsters de opereta, músicos de alquiler, orquestas femeninas, solteros millonarios y hasta dos travestis, podía haberse ido al garete con el peor de los ridículos. Pero si es que hasta los dos números musicales interpretados por Marilyn Monroe están perfectamente encajados en la historia, sin hacerle perder ritmo ni humor. Y eso sin hablar del punto fuerte del film, el derroche interpretativo de dos monstruos como Tony Curtis (a cuya memoria queda dedicada esta humilde reseña) y, sobre todo, un espectacular Jack Lemmon, que dan vida a dos músicos de mala muerte (contrabajo y saxo tenor) que en el Chicago de los "Felices Veinte" se ven involucrados en un ajuste de cuentas entre mafiosos y su única oportunidad de escapar consiste nada menos que en hacerse pasar por mujeres e ingresar en una orquesta femenina rumbo a Florida. La vorágine de sucesos y equívocos derivados de esta tremebunda situación jamás llegan a ser ridículas, sino que, amparadas en la aparente suavidad de la comedia de enredo, dan paso a un extenso ramillete de sensaciones y emociones; hay lirismo, patetismo, tragedia, egoísmo, generosidad, camaradería y mucha fisicidad, la que desprenden esas imposibles Josephine y Daphne, y, por supuesto, cada aparición de ese mito llamado Marilyn Monroe, una bomba sexual pero sin suerte en el amor llamada Sugar Kane. El cóctel, 51 años después, sigue igual de agitado y burbujeante que entonces; una obra maestra que merece la pena revisarse de vez en cuando para volver a contagiarnos de todo su entusiasmo y recordarnos lo maravillosa que puede ser la vida frente a una pantalla.
Saludos a lo loco.

2 comentarios:

Pepe Cahiers dijo...

Y además con un final absolutamente redondo, icono clásico del que importa o de vive la vida sin condiciones.

La Guionista Reflexiva dijo...

¡Qué grande, Billy Wilder! La peor de sus películas es superior al mejor film de muchos...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!