lunes, 25 de octubre de 2010

Palimpsesto de inútil e inequívoca apariencia



No he visto CHICAGO. No sé si sirve de algo, pero ahí está. Y MOULIN ROUGE sólo la he aguantado media hora. El musical, tal y como lo conocíamos, está muerto; desenterrarlo por cabezonería o simple especulación es abyecto. Si tan sólo hubiese un motivo de irrefutable originalidad por el que nos pudiésemos permitir un ripio descarado que no mejora en nada al original, podríamos estar de acuerdo sin grandes molestias, al menos en un aceptable 20 %. Lo terrible de un artefacto tan absurdo como NINE es que sólo tiene un sentido de existir: su propia vanidad formal ¿Qué sentido cobra, si no, enclavar a la grandísima Sophia Loren en mitad de un reparto repleto de nombres de actualidad sólo para aparecer seis o siete minutos y con un par de líneas de diálogo? Y eso por no hablar de Judi Dench, que debe malgastarse a sí misma como la típica sabelotodo comprensiva e indulgente. Penélope Cruz es el elemento exótico, inevitable para estas cosas y que ha de fiar su bochornosa actuación a tijeretear en el aire con sus dos muslos... Kate Hudson aparece por allí, creo que hace de americana desaliñada y picantona. Nicole Kidman hace lo mismo que la Loren pero con treinta años menos. Fergie es la cantante de los Black Eyed Peas y hace lo mismo que Penélope Cruz, pero con cara de estar aún más salida. Y al fin, sólo al final, después de un abrumador despliegue de "sí, éstas son las mujeres de mi vida... ¿a que está chulo el repasito?", resulta que por ahí había una actriz, que es Marion Cotillard, que es capaz, al igual que hizo en la insoportable INCEPTION, de llevar casi todo el peso interpretativo, si es que este mínimo concepto significa algo para el señor Marshall, uno de los peores directores de actores que he visto jamás. Y digo "casi", porque el 75% recae sobre el pobre Daniel Day-Lewis, que a veces tira de oficio para disimular que no está en mitad de un anuncio de colonias. Una pena, de verdad, porque se trata de un actor impresionante, pero como todos los actores necesita que de vez en cuando que el director le diga qué hacer. Es decir, que el argumento que la mayoría de detractores de NINE suele esgrimir, esto es: que se limita a copiar mal el 8 1/2 de Fellini, a mí me da lo mismo, porque todo lo malo de esta supuesta película ya está implícito en ella misma, tampoco hay que buscar fuera. No la recomiendo ni para reconquistar a tu ex, fíjate lo que te digo, camarón...
Nueve saludos, hala; uno detrás de otro.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!