jueves, 7 de octubre de 2010

Seguridá sosiá



Primer e indeleznable absoluto: ¿Una peli buena?, una que sea capaz de hacerte llorar con la misma facilidad que te hace reír. Definición de comedia: Sólo existen las buenas comedias; las malas no pueden ser comedias sino dramas mal pergeñados. Entonces, recomiéndeme una peli... si puede ser de este siglo, hombre: Cómo no. Apunta, niñato: MOARTEA DOMNULUI LAZARESCU, o 150 minutos de Kafka en estado puro; una obra de arte tan inocente en las formas como afilada en su discurso de denuncia. Lazarescu es el nuevo Joseph K., aumentado y actualizado, para que podamos percibir perfectamente que la podredumbre que sustenta la base de la existencia humana sigue perfectamente vigente.
Lazarescu es un sesentón al que descubrimos en su cochambroso apartamento; tiene una camiseta raída, unas zapatillas de paño y un gorro de lana. Le vemos dormitar en un destartalado sofá, darle de comer al gato y beber un extraño líquido a granel en botellas de agua mineral. Lazarescu vive solo; telefonea a su hija, que está en Canadá, pero ésta no quiere saber nada de él. De repente, Lazarescu se encuentra mal y baja a casa de sus vecinos para que le presten una pastilla; en lugar de eso, y viendo un empeoramiento, llamarán a urgencias. Ahí comienza la odisea particular del señor Lazarescu por las calles de Bucarest. Acompañado por una auxiliar, la única que de verdad se preocupará en adelante de él, Lazarescu iniciará un interminable recorrido por diversos hospitales, donde le verán varios médicos y le atenderán otras tantas enfermeras. No parece haber ningún diagnostico claro para su enfermedad, en algún sitio incluso dudarán de que exista tal dolencia y no se trate de un simple caso de embriaguez; mientras tanto, asistimos al ballet de los hospitales, con pacientes esperando eternamente en los pasillos y médicos que se enzarzan en inútiles discusiones sólo para demostrar que están al mando.
Supongo que algunos de ustedes se imaginarán el desenlace de esta maravillosa y terrible película; yo, cuando la vi, no pude quitármela de la cabeza durante días, porque ...LAZARESCU tiene el aroma inconfundible de la concisión y de la tradición esperpéntica, con una enorme y agradecible paciencia a la hora de desarrollar sus pequeñas intrahistorias, que terminan por ser el verdadero motor de un film que es ya un clásico contemporáneo. No se arrepentirán si la ven.
Saludos enfermos.

2 comentarios:

Crowley dijo...

Pues a mi me dejó muy mal cuerpo esta peli. Una sensación que me duró varios días. No tengo buen recuerdo de ella por eso mismo. Por removerme por dentro, por hacerme sentir vivo con demmasiada intensidad... Por eso es tan buena.
Un saludo

dvd dijo...

Yo creo que es un peliculón en todos los sentidos, lo que pasa es que habla claro y alto sobre las miserias de un sistema (que, ojo, puede ser cualquiera), sin las trampas p.e. de Michael Moore en SICKO, cuya rastrera moralina sí que me dejó enfermo...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!