domingo, 8 de septiembre de 2019

Rincón del freak #370: Perreo de autor



Uno de los peores males del cine de autor es la certeza adquirida de que "es". Es decir, pretender que existe una especie de clave mágica capaz de solucionar cualquier embrollo en el que un director se pudiese meter, especialmente cuando es notorio y palpable que no tiene nada que contar. En un principio no me sofoco ante las crisis de ideas de "autores" a los que previamente se ha encumbrado, quizá de una forma exagerada, pero reconozco que la decepción es mucho mayor si se trata de un director ante el que hemos caído de hinojos, casi vislumbrando deslumbrantes destellos de maestría fílmica. Es el caso del franco-tunecino Abdellatif Kechiche, ante el que casi no hubo disertación sobre aquella rotunda obra que era LA VIDA DE ADÈLE, por mucho que yo la econtrase un poco dispersa, o innecesariamente alargada. Sea como sea, cuatro años pasaron entre su celebrada Palma de Oro y su siguiente película, la primera parte de un "ambicioso" tríptico, que supuestamente adapta la intrincada obra de François Bégaudeau, aunque de forma muy libérrima. De acuerdo, lo que se atisba en MEKTOUB, MY LOVE es de nuevo esa aprehensión del instante sensorial, por encima de la reflexión o la floritura; lo que yo veo, al menos en esta primera parte (tres horas después) es una clase extendida de reggaeton, con los machos en celo y las hembras perfumando el ambiente con el olor de sus sexos. Y lo digo en serio, por mucho que luego entre con calzador la intrascendente figura de un repartidor de comida árabe que se postula a escritor, o director, o fotógrafo, no se sabe muy bien, porque lo que importa en MEKTOUB, MY LOVE: CANTO UNO es la carne trémula, el ojo pecador y el savoir faire de un grupo de personajes a cual más imbécil, y del que sólo pude extraer una conclusión: no me decidía sobre quién me caía peor.
Como decía al principio, es preocupante un batacazo tan acusado, pero roza lo obsceno dividirlo en tres partes que no bajan de las tres horas cada una, como si nos fuese a cambiar la vida algo tan vano como esto...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!