miércoles, 18 de septiembre de 2019

El envidioso



En 1962, Claude Chabrol se marcha a Alemania para filmar una pequeña película, que sin embargo contiene todas y cada una de las constantes más reconocibles de su cine. L'OEIL DU MALIN es precisa y concisa hasta lo extenuante, lo que queda de manifiesto en su corta duración, apenas 75 minutos, que le bastan a Chabrol para diseccionar las miserias de un pobre tipo, un trasunto de escritorcillo que pasa una temporada en Baviera en busca de inspiración. Casi por casualidad es acogido por una pareja compuesta por un escritor de éxito y su mujer, que habla un francés fluido y se convierte en oscuro objeto de fascinación del recién llegado, cuya parasitaria presencia no fastidia a la pareja, como él se reconcome en un monólogo interior que desvela sus intenciones. Sin aclarar nunca del todo si se trata de celos hacia la felicidad y éxito del escritor, o a la aparentemente idílica convivencia de la pareja, decide urdir un intrincado plan para descubrir qué motivan los sucesivos viajes de ella a Munich, tras declararse enamorado ante ella y ser fríamente rechazado. Chabrol profundiza en la mezquindad de estte hombre, profundamente envidioso de un mundo al que no pertenece, y al que sólo logra acceder de soslayo, como un invitado circunstancial. No es de sus títulos más recordados, pero es un film impresionante en esa precisión casi quirúrgica, y que deviene en un final tan abrupto como brutal.
Puro Chabrol.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!