miércoles, 7 de noviembre de 2018

La moral ingenua



LE CONFESSIONI era una película con una premisa muy interesante, un desarrollo aturullado, unas interpretaciones espléndidas y un desenlace más que tramposo. El siempre irregular Roberto Andò enarbola un simplista alegato antiglobalización, y lo hace de la manera más previsible y, por lo tanto,  anodina. El presidente de FMI convoca una reunión con los economistas más importantes del mundo paea revelarles un importante secreto que podría poner en jaque la economía mundial, pero la noche antes, después del banquete, aparece muerto, asfixiado con una bolsa de plástico en la cabeza. Vale, todo muy Agatha Christie y perfectamente actualizado ¿qué puede fallar entonces? Muy sencillo, que los dos personajes que sostienen la trama a partir de ahí son una escritora de cuentos fantásticos y un monje franciscano. Es decir, que lo estrambótico se hace con el control de lo que inicialmente parece una rigurosa crítica al capitalismo salvaje; y la figura del monje se puede entender, ya que es invitado personalmente por el presidente para que le confiese de lo que él cree pecados imperdonables, pero el guiño a J.K. Rowling es innecesario, absurdo y de una gratuidad cuya motivación se me escapa. Andò lo compensa con unos cara a cara estupendos, sobre todo los protagonizados por Daniel Auteuil y un inmenso Toni Servillo, que es capaz de insuflar verosimilitud donde no hay más que licencias teledirigidas.
Interesante a ratos, pero absolutamente intrascendente.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!