domingo, 25 de noviembre de 2018

Rincón del freak #331: La vengadora mamaria



La de hoy es de las que justifican esta sección dominical por sí solas y nos hacen transitar, aunque sólo sea por unos minutos, por ese wild side cinéfilo de catacumbas y alfombras polvorientas, cine filmado en moteles baratos, con equipo irrisorio y unos intérpretes ya ajados por el alcohol y el insomnio, que quizá pudieron llegar a soñar muchos años antes que podrían tocar con la punta de los dedos el sueño dorado de Hollywood. Esta es la trastienda del cine, la serie Z, el sexploitation (o como se decía aquí, el "blandiporno"). Y se suele ver ahora con algo de condescendencia, y hasta cariño, pero si se indaga un poco en las entrañas de ese cine había mucha incertidumbre, miseria moral (y de la otra) y sobre todo esos actores y actrices (los llamaremos así) que rodaban un par de días, sin sospechar el resultado ni si terminarían cobrando. Hay miles de títulos desde los años cincuenta (puede que incluso antes) hasta la definitiva irrupción del porno en video, que fue acabando poco a poco con las salas. DEADLY WEAPONS es de los más recordados por muchos motivos. Primero por su contundente protagonista, de medidas imposibles y que atendía a nombres tan diversos como Zsa Zsa o Chesty Morgan, pero que en realidad se llamaba Liliana Wilczkowska, era de origen judío-polaco y había sobrevivido a los campos de concentración antes de marcharse definitivamente a Estados Unidos, donde sobrevivió como bailarina exótica. Su descubridora fue otra mujer, Doris Wishman, que filmó de todo cuando las mujeres eran prácticamente invisibles en ese terreno; una especie de Jesús Franco en femenino, que se atrevía con todo y no atendía a estrecheces económicas como excusa. La película en sí no vale un pimiento, pero sirve como señuelo para introducirnos en este subgénero, aunque sólo sea por recordar su alucinante argumento: Un mafioso con las facciones de Harry Reems asesina al marido de una señora que se pasea en una minibata transparente que no tapa nada, y menos una 120... Esta señora decide tomar justa venganza y empieza a cargarse uno a uno a los malvados mafiosos mediante la técnica de la asfixia pectoral, y les ahorraré detalles, pero uno no lograría descifrar nunca si es una muerte tan mala, claro... En fin, una lindeza de esas que a uno le costaría mucho incluir incluso en una sección como ésta. Que ustedes la disfruten como la disfruté yo...
Saludos.

3 comentarios:

Jimmy FDZ dijo...

Ja, ja, no señor, ¡esa no podría ser una muerte tan mala bajo ningún punto de vista!
Y qué anzuelos, por di-di-di-di... perdón, pequeño cortocircuito.
Muchas gracias, ¡qué otra maldita cosa puedo decir!

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Más que venganza parece un premio.
Paradojico talento para hacer esos productos z.

dvd dijo...

Bueno, la película es horrible de mala, como todos estos subproductos que apenas se estrenaban en tugurios de calificación X. Tiene su gracia, porque un aire como de comedia involuntaria, pero es terrible de verdad. Y ver a los actores conesas pelucas... Y a Reems, que era un pionero del porno, con bigote postizo... Para los curiosos, la historia de Doris Wishman, una señora a la que se la sudaba el feminismo tanto como el machismo, y que seguramente no tenía mucha idea de hacer cine, pero hizo un montón de películas casi sin pedir permiso a nadie, y eso es de valorar.
Un saludo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!