viernes, 30 de noviembre de 2018

De teen movies conscientes



¿Se acuerdan de YOUNG SHERLOCK HOLMES? Efectivamente, aquella película que aquí conocimos como EL SECRETO DE LA PIRÁMIDE, y que gozó de cierta popularidad como un "genuino producto de la factoría Amblin", lo que por entonces venía a ser todo un marchamo de calidad y entretenimiento. Que ya no se hacen películas así es algo que atestigua rotundamente este film, que no renuncia a la calidad dramática por el mero fuego de artificio, y que además supone un paso adelante en el universo creado por Conan Doyle, ya que la historia, escrita por Chris Columbus, es totalmente original, ya que el escritor británico nunca se refirió a la juventud del detective, y mucho menos elucubró un posible encuentro juvenil entre él y Watson. Y, sin embargo, es encomiable el respetuoso talante del guionista con dicho universo, por lo que el film podría ser considerado casi como una rarísima excepción de precuela tardía y ajena. Dirigía el siempre solvente Barry Levinson, que aporta rigor y profesionalidad, pero la sombra de Steven Spielberg planea por todo el metraje, especialmente en las escenas de la secta de la pirámide, que remiten directamente a aquel maravilloso "templo maldito". En definitiva, un entretenimiento de súper lujo, para toda la familia y que se ve con la inocente mirada de un chaval que de repente flipa en colores con el descubrimiento de un héroe inmortal y diferente, y eso no tiene precio. Además, viéndola se entiende un poco mejor de dónde salió todo aquello de Harry Potter... ¿a que sí?...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!