lunes, 14 de octubre de 2013

Vendedores de seguros



Los vendedores de seguros son una especie aparte, una raza de personas capaz de sentarse en el sofá de tu casa y no parar de disertar hasta convencerte de que lo más importante que puedes hacer en la vida es estar preocupado por lo que va a ocurrir después de que te mueras. En el cine comercial yanqui está ocurriendo un fenómeno que, como poco, viene a confirmar la teoría de un vendedor de seguros. Hablamos de "productos", de acuerdo, películas, que ofrecen mucho más de lo que finalmente son capaces de dar y que, apoyadas (muy supuestamente) en tempos dislocados y más cercanos al modelo japonés, explotan una veta, la del extrañamiento, de forma bastante artificiosa. Un espectador con un bagaje cinéfilo medio-alto no debería tener ningún problema para detectar cuándo se la están colando sin más, pero entiendo que la preocupación de las productoras, en plena crisis de asistencia a las salas y mientras se debate el apocalipsis final de una forma de ver películas, no sea otro que diseñar el mejor anzuelo posible, aunque se recurra al viejo truco de un vendedor de seguros. No es muy halagüeño, pero si tuviese que quedarme con un aspecto positivo usaría, por ejemplo, un film reciente como THE PURGE, una película que a priori no debería encajar en el broadcast system americano, pero que, dependiendo de a quién le vendamos la moto, puede ser tanto una conmoción como una chufla de las de toda la vida. Se le agradece al señor James DeMonaco (y productores y montadores, claro) que haya sido capaz de dejar esta distopía no tan lejana en el tiempo (2022, creo) en menos de hora y media, lo que aligera el visionado de algo que hemos visto cientos de veces, aunque también desnuda sus carencias, obligándole a mantener la tensión narrativa desde el principio y sin abdarse por las ramas. Sin nada que ver con la reflexión que Haneke tantas veces ha hecho sobre la violencia nihilista, y con menos brío y vigor que aquel asalto (por poner el ejemplo contrario) que tan bien filmó John Carpenter, THE PURGE se queda en una película deshinchada y embobada con los dos o tres planos que parecen haberle salido bien. Lo mejor es Ethan Hawke, un actor imprevisible y que está en su mejor momento; lo peor es la parafernalia que han colado para seguir vendiendo los mismos seguros de siempre.
Saludos.

3 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

madre mía, dos semanas que me ausento y Coppola y Tolkien y vuelvo y me encuentro con esta peli que no quiero ver.
Pero bueno, lo importante es que he vuelto.

dvd dijo...

Sólo un dato: THE STRANGERS es una obra maestra al lado de ésta, y también salen jovencitos con caretas... No, no la vea...

dvd dijo...

¿Qué tal el Pilar?...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!