jueves, 24 de octubre de 2013

La vida en un cuarto de juguetes #1



TOY STORY es, ustedes lo saben, yo lo sé, una obra maestra del cine contemporáneo; toda la saga, compuesta por tres películas, lo es. TOY STORY, la primera, tiene casi veinte años, y desde entonces se ha hecho muchísimo cine de animación, y muy bueno, y con un grado de perfección técnica cada vez mayor, pero pocas películas hemos visto cuyo grado de comunión entre lo que cuenta y cómo lo cuenta alcance nuestros corazones de la misma forma en que podría hacerlo una película con actores reales ¿Pero es que no es absolutamente creíble esa pareja, ya inmortal, formada por el vaquero Woody y el aventurero espacial Buzz Lightyear? ¿No es su encuentro una amistad surgida de la colaboración en favor de no perder un estatus, el de ser los juguetes favoritos de Andy? Y lo que es más importante ¿No es sintomático que John Lasseter inaugurara esa fábrica de sueños que es Pixar augurando el fin del "entretenimiento físico" y el advenimiento de la revolución digital, precisamente con un film que cambió por completo nuestro concepto de "cine de animación"? Bajo una apariencia frívola, que luego no es tal, TOY STORY contiene algunos momentos de emoción desatada. Están los chistes, las infinitas referencias, algunos momentos delirantes ("... el gancho... el gancho...") y unas escenas de acción simplemente apabullantes; pero mi debilidad está en esa humanidad latente y muy bien distribuida a lo largo de un preciso (y precioso) guion escrito por Alec Sokolow, Joel Cohen, Andrew Stanton y Joss Whedon, que adaptaron una idea original del tándem Stanton/Lasseter y Pete Docter. Nombres que han pasado a engrosar las listas de los mejores cineastas de las dos últimas décadas no sólo por reinventar el cine de animación, sino por dignificarlo y elevarlo hasta poder competir (de esto no tengo ninguna duda) con un cine comercial al que cada vez le cuesta más reinventarse a sí mismo.
Y al final, la prueba del algodón. Vi TOY STORY hace un mogollón de años y me pareció simpática y entretenida, una buena película; la volví a ver cuando estrenaron la segunda parte y de mis labios salió la frase "Obra maestra". Recientemente, la he vuelto a ver con mi hija de cinco años sin poder pegar los labios (ella... ¡y yo!)... Ahí, amigos, no hay dudas que valgan... ¡Maravillosa!
Saludos.

2 comentarios:

David dijo...

Totalmente de acuerdo. ¿Puedo firmar debajo también?

dvd dijo...

Está usted en su casa, tocayo...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!