lunes, 16 de agosto de 2010

Plásticos y decibelios



Paradigma y reflejo de cierto cine comercial de ultimísima hornada, GAMER contiene todos y cada uno de los argumentos que nos pueden ahorrar saliva y neuronas en caso de que nos enfrasquemos en uno de esos bucles espacio-temporales mejor conocidos como "discusión cinéfila en la que nuestro oponente se empeña en defender lo indefendible"... Porque no, ni con un subidón de ácido a las cinco de la mañana, ni GAMER es el BLADE RUNNERdel siglo XXI, ni Gerard Butler alcanzará jamás los registros de Harrison Ford, ni (y este "ni" es importante) estamos ante una cinta mínimamente entretenida, que es lo menos que uno busca cuando decide emplear hora y media de su vida y algunos cuartos, que en este caso podrían y debían haber tenido mejor desenlace y acomodo.
Lo rechinante del asunto es que el trepidante y enrevesado arranque de GAMER es capaz de encender una tenue chispa en el espectador menos avisado, pero se trata, como luego puede comprobarse, de algunas buenas intenciones que quedan bien pronto enterradas bajo la silicona visual y las estridencias de todo tipo. GAMER propone un megalómano ultrajuego online, en el que los usuarios controlan personas de carne y hueso y les hacen luchar hasta la muerte; tras algunos mamporros y disparos, el supuesto interés de este what if? se disuelve en su propia incapacidad para ahondar en los escabrosos dilemas morales derivados de su propia propuesta; porque, no nos engañemos, GAMER está realizada por los típicos adalides de la torpeza y prepotencia yanqui, y eso cuela para las consolas, pero no para la pantalla grande...
Saludos jugones.

2 comentarios:

Crowley dijo...

Desde luego está a años luz de Blade Runner, vamos, que parece hasta una herejía pretender compararse a ella. Mala e infumable. Los videojuegos para las consolas, que fuera no parecen funcionar.
Un saludo

dvd dijo...

Al principio parece querer despuntar... ¡si hasta tiene golpes de humor!... Desgraciadamente no es más que un espejismo y todo cae por el sumidero de la mediocridad...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!