jueves, 5 de agosto de 2010
La cuchufleta mecánica
Lars von Trier escribe un guión y lo deja en uno de sus cajones secretos. Pasa el tiempo y, inmerso en un mar de dudas sobre la viabilidad del proyecto, decide llamar a su amigo y confidente Thomas Vinterberg. Y supongo que el pensamiento fue el siguiente: "Si se la tiene que pegar alguien que se la pegue él, que será una pérdida menor para la cinefilia culta". En fin, que Vinterberg acepta y los dos daneses se ponen a buscar financiación, porque habrá que poner luces artificiales y eso... Total, que embaucan a productoras de Inglaterra, Francia y Alemania, contratan a Bill Pullman, a Jamie Bell, y al director de fotografía Anthony Dod Mantle, viejo conocido de ambos. Hasta ahí la cosa no parece muy desastrosa, pero vayamos al argumento, a ver qué les parece. DEAR WENDY es la típica historia de perdedores adolescentes que deciden formar una especie de "club del rifle", donde sacan a relucir su pasión por las armas y la alta cultura; un improbable cruce entre EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS y EL CLUB DE LA LUCHA, que ya son demasiados clubes para tan pocos socios. Vinterberg se recrea hasta el paroxismo en los detalles más intrincados: descripción de las armas, cálculo de daños por disparos... Un montón de croquis que son presentados a lo largo de toda la película y que desembocan en una parte final que viene a dar la razón a todos los que dimos cabezadas mientras asistíamos a la enésima estilización de la nada absoluta. Vinterberg (y von Trier, claro) pretende filmar un final en plan western, sólo que no hay quien se crea a esos chavales enfrentándose al sheriff del pueblo por una gilipollez supina; como igual de intrascendentes son las supuestas motivaciones y lemas que el grupo en cuestión va recitando con una solemnidad de cartón piedra, que jamás llega a traspasar la pantalla y emocionar al espectador, como supongo debió prever este improbable tándem.
Así que estamos ante uno de esos films que, aunque sólo fuera por los nombres que presenta, uno no se explica cómo pasó totalmente desapercibida en su estreno, hace cinco años; luego la ves y el misterio queda resuelto en un periquete. El amigo von Trier y sus cajones secretos... qué jodío...
Queridos saludos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
3 comentarios:
Una película que estuvo a punto de costarme el divorcio.
¿y eso?... (pregunto enormemente asombrado)...
Porque la vimos juntos y me empeñé en verla acabar. Casi me mata.
Publicar un comentario