jueves, 19 de agosto de 2010
El efecto mariposa
El título de esta reseña alude a la evidencia (porque creo que a nadie se le escapa el dato) de cuán diferente habría resultado MINORITY REPORT de haberse encargado de dirigirla, como así hubo tentativas en su momento, Stanley Kubrick. Si hubiésemos tenido las facultades precognitivas expuestas en el film, puede que nos hubiésemos sorprendido con el resultado; a mí me basta con marcarme el pegote y sostener sin embozo que la gran película de Spielberg, de las dos que rodó aquel año, fue la otra y no ésta. Más que nada porque, con el material de primera clase que Philip K. Dick le brindaba, Spielberg se negó a conceder el más mínimo rayo de autoría y decidió caminar él solo (es un decir, con los monstruosos equipos que mueve este hombre) en pos de la película definitiva de sci-fi, la que dejaría en pañales a BLADE RUNNER y ALIEN e iba a abrir nuevos y definitorios caminos al futuro del séptimo arte. Acogotada por su excesiva parafernalia, MINORITY REPORT sólo triunfa cuando Spielberg se deja de exhibicionismos, tranquiliza a la epiléptica cámara y nos da un respiro para intentar que nos enteremos de algo. Porque, a diferencia de la brillante adaptación, veinte años atrás, que Ridley Scott hizo del complejo imaginario de K. Dick, aquí prima la dinámica de la cinemática sobre la idoneidad del concepto filosófico, el que tan inquietante resulta en el cuento y que nos viene a decir que las sociedades perfectas no existen y que el mal siempre es tan relativo como lo es cualquier conversación cotidiana; y es precisamente cotidianidad lo que falta (aunque sólo hubiese sido un guiño) en esta exhuberante demostración de dominio técnico. Lo mejor, como en tantos otros títulos, Samantha Morton.
Nos quedamos sin saber si Kubrick hubiese optado por "tarkovskiar" su opción; y en la incógnita, precisamente, reside el encanto.
Saludos de un quinielista frustrado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
5 comentarios:
De Spielberg tampoco me fío. Éste es como un Ronald McDonald que te hipnotiza para que entres a comerte la hamburguesa más grande que tengan y que además disfrutes de ella y quieras volver al día siguiente. He knows where to hit!
Tiene sus cosas buenas y sus licencias, claro... A estas alturas, más que un director es un "trade mark" con gorra...
Por supuesto que Kubrik lo hubiera bordado con este argumento, pero claro es comparar a un buen director con un Dios del cine. Minority parece a veces una fábula de aventutas tecnológicas a lo Asimov mas que una novela negra de Dick, salpicada de recursos del cine de género negro. Pero funciona bastante bién (y casi que lo prefiero a un enfoque a lo Tarkowsky)
A mí me hubiera encantado; luego, creo que A.I. sí le salió muy bien a Spielberg, pero nos quedaremos sin saber qué podría haberle aportado un genio en las antípodas de lo convencional como el tío Stan...
Pues sin duda alguna, la gran película fue la otra, que es de mis preferidas de su filmografía. Esta es simpática y no está mal, pero dudo mucho que Kubrick le hubiese dado este enfoque. Pero como dices, nunca lo sabremos...
Saludos
Publicar un comentario