martes, 31 de agosto de 2010
Como una locomotora
El ritmo, según los nuevos popes de esto del cine, ha de basarse en montarse en un bólido, tirarse uno de un rascacielos en llamas, cargarte a un ejército con un martillo, surcar el cielo como un pájaro y hasta participar en las sublimes olimpiadas del sexo plastificado. Afortunadamente, Howard Hawks tenía una idea muy diferente acerca de cómo debía construirse una película de ritmo frenético sin perder coherencia, con un sentido del humor tan elegante como sincero y además, por si fuera poco, emitiendo uno de los ataques más feroces sobre la corrupción de los poderes fácticos (periodismo, política, policía) que se han visto en una pantalla. HIS GIRL FRIDAY dura 90 minutos clavados y aún le queda tiempo para trazar una improbable como deliciosa historia de amor/odio en la que nadie sale bien parado. Hawks adaptó el excelente texto teatral de Ben Hecht y Charles McArthur, amparado en un delirante guión de Charles Lederer que se desliza como una montaña rusa sin frenos; el resultado es una de las cinco mejores comedias de todos los tiempos, y aun así, con cada visionado me río menos y me doy cuenta de cómo la censura actúa de pleno en supuestos tiempos de libertad ¿Cómo imaginar si no una historia tan despiadada en tiempos tan tibios para la denuncia? No hay un segundo de reflexión, y por tanto de contrición; Hawks coloca a los personajes de Rosalind Russell y Cary Grant en el ojo de un huracán que comienza con una aparentemente inocente visita, la que ella, antigua y despechada periodista, le hace a él, un hiperactivo y desalmado (aunque encantador [embaucador es la palabra exacta]) director de periódico, para anunciarle, tiempo después de su propia separación, su improbable enlace con un apocado agente de seguros. A partir de este momento decisivo, y por espacio de apenas un día, el caos se desencadena y la feliz pareja que ha de tomar un tren en dos horas no sólo no lo hará, sino que ella se verá arrastrada de nuevo a su antigua ocupación para cubrir una ejecución inminente, y todo mediante un ingenioso juego de causa-efecto-consecuencia, donde cada nimio detalle cuenta para que todo encaje a la perfección en una película que simplemente gana con cada visionado. Ya no hay diálogos como estos, y ni mucho menos actores con la talla suficiente para ejecutarlos. HIS GIRL FRIDAY (aquí se la conoce con el sobado título de "Luna nueva") es un título mayor del maestro Hawks, que le revelaba como dominador absoluto de una comedia ácida y corrosiva, de vigencia casi eterna. Un lujo al que ni siquiera otro maestro, Wilder, pudo resistirse años más tarde.
Saludos en primera página.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
3 comentarios:
De esta peli recuerdo aquel largo travelling al entrar en la redacción y mil y un diálogos chipeantes, y por cierto, este fin de semana vi por casualidad un cacho de Interferencias (creo que fue en Neox), que, salvando las distancias, tiene cierta miga...
Aquello era cine. Ahora sólo se hacen películas... Primera Plana también era muy buena, aunque quizá yo me quede con la de Hawks...
Saludos.
Yo creo que, junto a EL APARTAMENTO y EL SUEÑO ETERNO, tiene los mejores diálogos de la historia del cine... ANNIE HALL también, pero en otro nivel...
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