lunes, 28 de diciembre de 2009

Similitud, veracidad y mímesis #1

Bien, indéfilos, se acerca el final de este año; un año que ha sido... pues como todos los años, con cosas buenas y malas. La vida es así de original, igual que el cine. Y es que, siguiendo con la cosa ésta de las adaptaciones, tenemos tres días por delante para abarcar la figura de Truman Capote en el cine. Lo de la adaptación, hoy y mañana al menos, no lo decía por ninguna obra del genial escritor, sino por la adaptación del propio Capote; ejercicio éste que nos dejó dos perlas de la interpretación casi continuadas.
Primero fue uno de los últimos grandes de este castigado oficio, Philip Seymour Hoffman, quien se atrevió con la descomunal tarea de poner cuerpo y maneras a un hombre fascinante, complejo, inasible; siempre escondido tras una fachada de frivolidad que rara vez dejaba traslucir el genio que bullía debajo. Capote fue un enorme escritor, de esos a los que las etiquetas le quedaban pequeñas; él mismo se encargó de acuñar alguna que otra etiqueta, como fue la "no-ficción", o la narrativa que nace desde la realidad minuciosamente investigada. Aquí, se nos cuenta el excitante periplo de Capote junto a Harper Lee (magnífica Catherine Keener) hasta la granja de los Clutter, en Kansas, para documentarse sobre el brutal asesinato de dicha familia. La película en sí no es ninguna maravilla, seamos sinceros, sino que sirve de confortable vehículo para que Hoffman dé una lección de autonomía actoral, haciendo suyo a Truman Capote en lo que podríamos llamar "poderosa similitud". Hoffman no necesita un forzado trabajo de maquillaje y ni siquiera su parecido físico es razonable, pero no importa, porque es aquí donde la profesión se eleva por encima de la intención. Y es que pocas veces se ha aplaudido tanto y tan unánimemente un oscar; luego vino la otra cara del asunto, pero de ella nos ocuparemos mañana. Quedan emplazados.
Saludos muy reales.

4 comentarios:

Cinemagnificus dijo...

Si has leído los relatos de Capotte, especialmente los que son autobiográficos (que han sido muy injustamente olvidados por obras más capitales como las eternas "A sangre fría" o "Desayuno en Tiffanyss"), la película gana. Pero ya sólo por ver a Hoffman merece la pena. Adoro a este actor.

dvd dijo...

A mí me gustan mucho "Otras voces, otros ámbitos" y la deliciosa "Música para camaleones"...

Crowley dijo...

Desde luego, si algo hay que destacar de este film, es la presencia arrolladora de Hoffman, un actor impresionante.
Saludos

atikus dijo...

Las adaptaciones suels patinar...ahora mas que estamos en invierno...por cierto ayer me termine de leer "DEsayuno con diamantes"..que casualidades...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!