lunes, 20 de octubre de 2008

Voy de negro

Hay películas que simbolizan estados de ánimo; que van más allá (conscientemente) de la imagen y la historia y sumergen al espectador en una atmósfera determinada, que es lo que el director pretende.
Con THINGS I NEVER TOLD YOU/COSAS QUE NUNCA TE DIJE (elijan), la catalana Isabel Coixet pasó de ser una publicista modernilla a ser una directora modernilla. A algunos les suena el término "gafapasta"; a mí no me gusta utilizarlo porque me parece ligeramente despectivo, pero la Coixet es una de esas personas "conscientes" y satisfechas de integrar un modelo de ser y pensar; moderno pero no atrevido, inteligente al mismo tiempo que forzadamente campechano. Así, película y directora se funden en ese nirvana inaccesible que es "la inspiración de lo invisible". Isabel Coixet logra algo impensable para un director con tan poca experiencia en este país: no sólo irse a rodar a U.S.A., sino hacerlo con una película bastante alejada de los parámetros comerciales y, además, con dos actores de relativo peso y talento. Lily Taylor y Andrew McCarthy como representantes de ese cine... vale, sí, independiente, que tuvo su auge a mediados de los noventa y que tuvo, como todo, momentos álgidos y otros menos afortunados. La que nos ocupa hoy bien podría ser todo un estandarte de cierto cie intimista, sobrio y algo ingenuo, que todo se lo juega a una carta y no siempre suele ser la mejor. La historia podría ser casi la misma que en LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS o MI VIDA SIN MÍ, es decir, que si tragedia, que si comedia, que si silencios, que si miradas... No sé, lo veo como una historia que no es tal, que necesita sostenerse en una cierta estética, o la idea de cierta estética pasada por el filtro personal de su autora... Porque por un lado me parece una película muy interesante, pero ya con perspectiva, con los otros dos títulos vistos, sólo se salva porque es anterior, aunque el tema pasa de recurrente a obsesivo y conforma ya un universo propio, que no por personal es más amplio. Un universo que a algunos les parecerá ajeno si lo compara con su propia vida, mientras que otros, entre los que me incluyo, se da cuenta de que una estética nunca ha salvado de la mediocridad la falta de profundidad psicológica, si es que la estética lo que pretende es hacernos creer que dicha profundidad psicológica existe. Una pena, porque, a riesgo de repetirme, veo a la Coixet como integrante de ese disperso grupo de los directores que creen ser autores y no se han rodeado a tiempo de guionistas competentes, no por ésta, sino por las que vinieron después y abundaron sin rubor en los mismos temas.
Saludos y ánimo, que al fin es lunes...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi opinión,justamente el mérito de Coixet es conjugar la estética con las emociones,y no de forma frívola o superficial, sino más bien ahondando en el ser humano,una veces a través de la palabra y otras sencillamente a través de la imagen, y es ahí,donde justamente reside su sello,un sello de autora que ha arriesgado,y con aire intelectual y moderno,se va a norteamérica, se codea de buenos guionistas,se vale de un buen reparto....y nos emociona.
Saludos!

dvd dijo...

Pues eso mismo... saludos y bienvenida.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!